La insólita contraseña del Louvre al momento del robo: ¿Y vos cómo las guardás?

¿Cuántas claves, cuántas contraseñas acumulan para todo lo que necesitan hacer en la vida cotidiana? Y lo otro, ¿son seguras? ¿Cómo las guardamos?

Todo esto porque el reciente robo al Museo del Louvre en París sacude al mundo del arte. En apenas minutos, una banda logró llevarse joyas imperiales mientras el museo estaba abierto al público. Por supuesto, generó conmoción mundial, no solo por el valor del botín calculado en 100 millones de dólares o más, sino también por las fallas en la seguridad de uno de los espacios culturales más emblemáticos del mundo.

El atraco ocurrió el 19 de octubre, cuando cuatro individuos irrumpieron en la Galería de Apolo del Louvre. Aprovecharon una plataforma elevadora de mudanza para acceder a través de un balcón. Rompieron las vitrinas y huyeron en motos en cuestión de minutos. Y la pregunta es ¿Cómo fue posible vulnerar los controles de seguridad tan rápidamente?

Ahora, tras ese asalto, se descubrió que el sistema de videovigilancia usaba una clave muy simple, casi absurda. La contraseña era Louvre. O sea, el nombre del museo.

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¿Tan ingenuo se puede ser en un lugar tan emblemático, tan custodiado como el Louvre? Con tanto valor dentro. Porque es incalculable la cifra, la millonada de dólares o de euros que valen las piezas del Louvre, además del valor artístico. Bueno, le pusieron a la contraseña del sistema de videovigilancia esa clave. Louvre. Así tal cual el nombre del museo. Esa era la contraseña del sistema de cámaras del edificio más vigilado de Francia. Lo ha revelado hace minutos el diario Liberación.

Dos cosas, insisto. ¿Cómo hacemos para guardar las contraseñas seguras y cómo hacer para no olvidarlas en el camino? Sobre todo por esto que decíamos. La cantidad de plataformas, de streaming, de redes sociales, de correo electrónico y de muchos servicios en línea. Alguna vez leí que los hackers, no es que sean mentes brillantes. Yo creo que en algún punto lo son. No es que tienen habilidades superhumanas, sino que el problema es que nosotros no tenemos contraseñas tan fuertes o tan seguras.

Y entonces los hackers, que yo creo que son tipos hábiles o con mente brillante, tienen el camino más allanado. Motivo por el cual debemos siempre utilizar estas contraseñas que siempre nos recomiendan que sea de alta seguridad, mayúscula, números, letras, símbolos. Y al final terminamos teniendo otro problema. Tantas contraseñas, cómo crearla para que no se las roben, cómo recordarlas, dónde guardarlas.

Vos, ¿sabés cuántas tenés y dónde las guardás? ¿En un teléfono, en una computadora, en un cuaderno?

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