12 años del motín policial en Córdoba: "Nación mandó bandas a incitar al saqueo"

Miguel Ortiz Pellegrini fue el abogado de la Policía de Córdoba que se amotinó el 2 y 3 de diciembre de 2013 y una de las figuras centrales en la negociación que puso fin al caos, del que se cumplen 12 años.

En La Mesa de Café, recordó cómo se dieron los inéditos hechos que derivaron en cientos de saqueos. En ese marco, el letrado que actuó como vocero de los efectivos en huelga y defendió a los imputados, contextualizó la crisis que dejó a Córdoba sin policía, y sostuvo que el conflicto salarial fue solo una parte del problema.

- ¿A usted lo convocaron en la sede del CAP de Barrio Cerveceros?

El 2 de diciembre yo estaba en Tribunales y recibí una llamada de uno de los policías que estaban acuartelados, invitándome a concurrir y asumir un poco su representación. Así que yo me trasladé aproximadamente a las 10 de la mañana del día 2 de diciembre al CAP y allí estuve hasta que finalizó el problema.

- En aquel momento, ¿había un líder o un grupo en particular que lo convocó?

No, ese era uno de los principales problemas. No había un líder. Había una multiplicidad de personas interesadas, incluso con mando, pero particularizado, sectorizado. Uno de los problemas fue, en ese primer momento, tratar de tener yo una idea común de lo que pasaba allí, para lo cual reuní a los que me habían llamado, que era un grupo de oficiales que yo conocía. Lo que hice fue que rápidamente ellos eligieran un representante por cada sector de trabajo, para poder reunir alguna especie de mínima representación y unificar lo que era una caótica situación organizativa.

- ¿Cuál fue su sensación ante la falta de respuesta política de ese momento?

El problema era múltiple. El principal problema, obviamente, era el salarial, pero nosotros sumamos doce peticiones vinculadas al servicio. Pusimos doce peticiones que fueron aceptadas por el jefe Almada en ese momento y la cúpula policial. El problema se planteó con la cuestión salarial, porque no tenían atribución ni el jefe de policía ni tampoco los ministros. Quien hablaba en nombre del gobierno era el doctor Oscar González y no estaba, según me dijo, capacitado para resolver ese aumento salarial que se pedía.

- Durante esos días, ¿usted sintió miedo, sintió que ustedes, junto a su hijo que lo estaba acompañando, podrían también estar en riesgo?

No sentimos miedo, pero sí estábamos bastante al tanto de lo que ocurría, porque la primera reunión con De la Sota fue alrededor de las cuatro de la mañana. Tuvimos que salir desde el lugar donde estábamos, en la base del CAP, en auto, pasar por Nueva Córdoba y llegar a la Casa de Gobierno. Allí pudimos ver no solo el temor de la gente que había hecho barricadas, sino también el temor nuestro en ese trayecto, que era totalmente inseguro, al punto tal que quien nos llevaba, que era un policía, también andaba eligiendo la ruta por el temor a recibir algún balazo.

- En el juicio posterior a los policías que defendió, ¿qué se logró probar en relación al contexto de los saqueos?

Nosotros probamos en el juicio que posteriormente se hizo, a los policías que nos tocó defender en la Cámara 12 del Crimen de la Ciudad, que había bandas mandadas del Gobierno Nacional, que habían llegado en distintos ómnibus, que se ocupaban de levantar las cortinas, romper las vidrieras e incitar al saqueo. Esto lo probamos, al punto tal que la sentencia que se dictó en su momento, mandó a investigar a Capitanich, a Berni y al ministro Rodríguez, no solo por su inacción, sino por su vinculación con estas bandas que circulaban en forma clandestina, motivando más y exacerbando el saqueo.

- ¿Usted percibió en sus diálogos con Oscar González esa sensación de que Buenos Aires no solo no daba ayuda sino más bien fomentaba el caos?

En ese momento no. De esto me enteré después, cuando vino el juicio y se investigó, y empezamos a tener una serie de pruebas, que increíblemente las reconoció el jefe de policía en ese momento, en la Cámara del Crimen, frente a los jueces y los fiscales. Dijo claramente que tenían conocimiento de esta gente, de estas acciones extrañas, incluso de los ómnibus que habían llegado días antes con personal dispuesto a generar el caos.

- ¿Los policías que usted representó quedaron todos fuera de la fuerza?

No, solamente un primer grupo de 16. El resto, los 58, fueron condenados por hacer huelga, a una pena simbólica, y están todos en funciones.

- ¿Usted consiguió el aumento con el que se salió del conflicto, negociando directamente con De la Sota?

Sí, fue del 100%. Y de paso le agrego, que esa misma noche, el gobernador De la Sota, entre las cosas que me dijo, era de que aparte de la coincidencia del reclamo salarial, estaba esta cuestión política y el temor a la intervención en la provincia.

Entrevista de Miguel Clariá y "Siempre Juntos".