Son argentinos y hace 40 años están instalados en Suecia

David Johnson tiene 75 años y nació en Ceres, Santa Fe. Luego pasó por Córdoba, donde se formó en el Liceo General Paz y la vida posteriormente lo llevó a Estocolmo, la capital de Suecia, donde vive junto a su esposa Eva y sus dos hijos desde hace más de 40 años.

Quise ser piloto de avión pero no me daba la vista, los estudios me dijeron que no podía

Mi abuelo decidió recorrer Latinoamérica, se fue de la empresa sueca que trabajaba en el canal de Panamá y llegó a Buenos Aires sin saber qué iba a ser. Terminó siendo empresario

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En los comienzos vivía en Yrigoyen y Montevideo, entré como cadete en una concesionaria e hice cursos de contabilidad a nivel nocturno. Manejé las primeras máquinas de contabilidad. También estaba en un hotel 4 estrellas y luego iba a otro trabajo cerca de mi casa

Tratábamos de progresar en la vida. A los 32 años me fui a Suecia. Allí empecé a trabajar como jardinero en las embajadas, nunca lo había hecho

David, en su época de liceo militar

Yo empecé a trabajar como cocinera, en la cocina de la residencia del embajador argentino en Suecia. Cocinaba un pastel de pescado sueco que se llama gros no tiene espinas y es de carne blanca

El embajador holandés me buscó para que fuera a trabajar con él porque estaba encantado de como cocinaba tan rico

Luego cociné 26 años en una guardería para niños

David: Yo no dejé de trabajar en varias embajadas, me llamaban cuando me necesitaban. Cobraba muy bien, pero necesitaba actividad diaria par acumular dinero, pagar impuestos y tener una buena jubilación

De cada diez coronas suecas que gano pago tres de impuestos. Uno puede entrar todos los meses a una app y podes ver donde fue cada corona que pagaste de impuestos

Para aquellos que nunca tuvieron la oportunidad de salir, es muy difícil entender cómo viven y cómo son los suecos. Es gente en la que uno puede confiar, no hay trampas, no hay cosas oscuras

Por el clima son más apagados en invierno, pero en verano son gente alegre que le gusta salir, andar y disfrutar. Es gente muy buena, muy noble

Entrevista de Adrián Cragnolini.