La historia de un hombre que llevó la pasión por el automovilismo al extremo

Hugo "Fitti" Palomares , apasionado del automovilismo, recuerda sus inicios como banderillero a los 13 años en Córdoba. "La pasión era más importante que un bocadillo o una Coca-Cola", afirmó. Durante esos años, se involucró en competencias locales, destacando la calidad de pilotos como Carlito Pascualín.

A los 19 años, "Fitti" decidió mudarse a Europa buscando nuevas oportunidades. "Era un semi-perdedor en Argentina", confiesa, y menciona que un amigo lo ayudó a establecerse. 

"Llegué a España en 1972, en plena dictadura", relató, y reconoce la influencia de Felipe González en la evolución del país.

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Hugo se dedicó a trabajar en logística y a cubrir carreras de Fórmula 1. "Ofrecía crónicas a revistas a cambio de acreditaciones", explica. Su pasión lo llevó a recorrer varios países europeos, incluyendo Austria y Francia, siempre en busca de la adrenalina de las carreras.

En su trayectoria, destacó la importancia de la comunidad y las oportunidades que encontró. "Siempre estuve rodeado de gente buena", menciona, y reflexiona sobre la evolución del automovilismo. "La Fórmula 1 tenía un costado romántico y menos tecnológico que ahora", comenta, recordando la peligrosidad de las carreras en su juventud.

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Sobre Oreste Berta, "Fitti" considera que no logró dar el salto a Europa porque "lo dejaron solo". A pesar de las dificultades, su amor por el automovilismo sigue intacto. 

"No estoy retirado, la fuerza está intacta", concluye, dejando abierta la posibilidad de nuevas aventuras en el futuro.

Entrevista de Andrés Cragnolini.