Armonía con el ambiente
10/12/2025 | 14:00
Redacción Cadena 3
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Reciclar lo que deja el campo: la red que convierte residuos en oportunidades
Existe un tema clave y pocas veces contado desde el costado positivo: qué pasa con los envases vacíos de fitosanitarios que deja la producción agropecuaria. Lejos de la imagen de abandono o contaminación, existe en el país un sistema que ya está funcionando y que empieza a mostrar resultados contundentes.
Campo Limpio es una ONG formada por más de 110 empresas del sector agrícola. Su objetivo es concreto: recuperar, tratar y reinsertar en la industria los envases plásticos que antes eran considerados un desecho peligroso.
“Argentina produce en territorios muy distintos y eso hace todo más complejo, pero no imposible”, explicó a Cadena 3 Luis María Herrera, responsable de Relaciones Institucionales de Campo Limpio. Hoy la organización trabaja en 22 provincias, con una red de municipios, cooperativas y productores que permite recolectar estos envases en zonas rurales de punta a punta del país.
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/Fin Código Embebido/Todo empieza en el campo. Después de usar un fitosanitario, el productor debe realizar el triple lavado —o el lavado a presión incorporado en muchas pulverizadoras modernas—. Ese paso es clave: deja el envase limpio y habilitado para ser reciclado, evitando que termine quemado como residuo tóxico.
Con el lavado hecho, los envases se llevan a los Centros de Acopio Transitorios (CAT), galpones con medidas de seguridad distribuidos estratégicamente. Para los productores que viven lejos, Campo Limpio organiza jornadas móviles en conjunto con municipios y cooperativas.
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Una vez acopiados, el material pasa a manos de operadores privados que lo trituran y lo convierten en escamas o pellets. Desde allí ingresa a industrias que fabrican más de 22 productos autorizados: postes para construcción, autopartes, caños para fibra óptica, reductores de velocidad y hasta nuevos envases para fitosanitarios.
El programa se sostiene por la Ley REP (Responsabilidad Extendida del Productor), que obliga a las empresas fabricantes de fitosanitarios a financiar y presentar un sistema de gestión para sus envases. “La industria entendió que forma parte del ciclo de vida del producto”, subrayó Herrera.
Los resultados muestran el salto: en 2019 apenas recuperaron 790 kilos. Este año cerrarán por encima de los 6 millones de kilos recolectados y puestos nuevamente en valor.
¿Los productores responden? Sí, aunque no de un día para el otro. “Es un cambio de hábito”, admitió Herrera. Pero la mejora es evidente: cada vez más productores realizan el triple lavado y se suman al sistema.
En tiempos donde la discusión ambiental suele quedarse en lo que falta, hay casos que demuestran que Argentina funciona: una red federal que convierte residuos peligrosos en insumos para nuevas industrias, y que demuestra que la gestión ambiental también puede ser una oportunidad económica.
Entrevista de Adrián Simioni
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