Fernando Genesir, Carlos Noguera (productor de lácteos de búfala) y Facundo Sonatti.

El sueño del abuelo

La historia de la única fábrica de productos lácteos de búfala en Argentina

24/07/2025 | 14:35

Desde Las Flores, en la provincia de Buenos Aires, Carlos Noguera lidera La Delfina, un proyecto familiar pionero en la producción de yogures, quesos y otros productos elaborados con leche de búfala.

Redacción Cadena 3

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La historia de la única fábrica de productos lácteos de búfala en Argentina

En el corazón de la provincia de Buenos Aires, a pocos kilómetros de la ruta que atraviesa Las Flores, se encuentra La Delfina, la única empresa argentina dedicada exclusivamente a la producción de lácteos de búfala. El proyecto nació hace más de una década, impulsado por una idea inesperada: un abuelo de 88 años que soñaba con innovar en el rubro agroalimentario. Ese impulso fue tomado por su hijo y su nieto, Carlos Noguera, quien hoy conduce la compañía que revoluciona el consumo de productos de búfala en el país.

“La idea fue de mi abuelo Luis María. Teníamos algunos búfalos para carne y él quiso probar qué se podía hacer con los lácteos”, recuerda Noguera. Desde entonces, la familia volcó toda su experiencia como productores agropecuarios en un modelo innovador, integrado y sustentable. El desafío no fue menor: no existía industria láctea de búfala en Argentina y casi no había información técnica disponible. Sin embargo, lejos de achicarse, viajaron, se capacitaron en Europa y cruzaron experiencias con Brasil, Colombia e Italia, la cuna de la mozzarella di bufala.

Un tambo distinto, un consumidor exigente

La planta de La Delfina está ubicada en uno de los campos de la familia que se encuentra en Flores. 

Allí, donde pastan las 340 búfalas que forman parte del rodeo, se produce y procesa la leche que luego se transforma en yogures, quesos y dulces. Con 180 búfalas en ordeñe, la empresa produce unos 2.000 litros diarios. A diferencia de la vaca Holando tradicional, la búfala da menos leche (unos 8 litros por día), pero con el doble de tenor graso, lo que rinde más en la industria y permite obtener productos con mayor valor agregado.

"Las búfalas, si bien son grandes productoras de carne en campos marginales, para producir leche requieren ciertas condiciones, y buena alimentación en volumen y calidad para lograr un producto de calidad", explicó.

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“El búfalo es más sensible, más inteligente. Si lo tratás mal, se acuerda y baja la producción”, agregó Noguera, que destaca la importancia del manejo cuidadoso y del bienestar animal como claves para lograr un producto premium. Además, la búfala es más longeva, tiene menor tasa de reposición y necesita menos alimento balanceado, lo que mejora la ecuación económica en el mediano plazo.

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Mesa gourmet

Desde el inicio, la familia Noguera pensó en un negocio integrado: desde el cuidado del animal hasta la entrega del producto final al consumidor. Con un e-commerce propio y logística personalizada, hoy despachan cajas a medida a barrios como Chacarita o Escobar. “Teníamos que ser eficientes en algo completamente distinto: ya no era vender en camión de hacienda, sino armar una línea de productos para chefs y consumidores gourmet”, cuenta.

Uno de los grandes aciertos fue el yogur de búfala. Inspirado en una experiencia en Italia, se convirtió en el emblema de la marca y disparador del crecimiento. “Es un yogur de verdad, con el doble de cuerpo, sin exceso de azúcar, que se diferencia de los postrecitos que se venden como yogur en Argentina”, afirma.

La aceptación en el mundo gastronómico fue inmediata. Chefs como Juan Gafuri, Narda Lepes, Germán Martitegui y Mauro Colagreco fueron clave en posicionar a La Delfina en el circuito gourmet. “Nos exigieron mucho y eso nos hizo crecer. No nos regalaron nada, pero valoraron lo que hacíamos”, reconoce Carlos.

Hacia una cuenca lechera de búfala

Hoy, Argentina cuenta con más de 250.000 cabezas de búfalo, pero la producción láctea aún está en pañales. La Delfina busca liderar un cambio estructural en ese sentido. Desde la Asociación Argentina de Productores de Búfalos, Noguera promueve capacitaciones, degustaciones y ferias para atraer nuevos emprendedores.

“Queremos que se sumen más productores. Crear una cuenca será beneficioso para todos. Ya hay otros tres productores arrancando, igual que nosotros hace diez años”, cuenta. La apuesta está puesta, sobre todo, en el norte del país, con apoyo de gobiernos provinciales como el de Corrientes.

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Con una inversión acumulada de tres millones de dólares, sin haber retirado nunca un peso en ganancias y con un modelo de negocio autosustentable, La Delfina es hoy un símbolo de innovación, tradición familiar y producción de calidad. “Todo se reinvirtió, todo fue inversión inicial, reinversión y deuda. La empresa es autónoma y profesional. Tiene que ganarse su lugar y desarrollarse sola”, sintetiza Carlos.

La historia de La Delfina demuestra que aún en sectores tradicionales como el agro, hay lugar para la innovación. Y que incluso una idea a los 88 años puede dar lugar a una revolución silenciosa en la mesa de los argentinos.

Entrevista de Facundo Sonatti

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