La granja neuquina que produce 200 toneladas de cerdo al mes en pleno desierto

En una región dominada por los hidrocarburos, donde Vaca Muerta marca el pulso económico y cultural, una granja familiar se convirtió en una de las industrias porcinas más integradas de la Patagonia. Granja El Amanecer, ubicada en Cutral Co, nació hace 32 años de la mano de tres hombres empeñados en producir proteína animal en una zona donde, según su nieto, “no andaban las vacas” y había que “hacer algo intensivo”.

Carlos Cantoni, nieto del fundador y hoy parte de la conducción de la empresa, reconstruye el origen: “La granja la arrancaron mi abuelo, mi tío y mi viejo… empezaron con la idea de generar proteína a nivel país: pollo, vaca, cerdo, chivo, oveja, lo que se te ocurra. Y terminamos con el cerdo porque en su momento no había competencia acá y le dieron la beta”.

Cantoni describe a su abuelo como un visionario: “El loco de mi abuelo dijo: acá en este desierto yo tengo que hacer ganadería”. El hombre, fanático del campo y criado en Cortadera, vio potencial donde nadie más lo veía. “Era un fanático de la producción animal y dijo: algo tengo que hacer con esto… y acá estamos, produciendo cerdo todo el año”, recordó.

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Una empresa totalmente integrada y con 120 trabajadores

Hoy, Granja El Amanecer emplea a 120 personas y controla todo el proceso productivo: “La empresa está totalmente integrada desde la inseminación artificial de la cerda hasta el reparto a la góndola”, detalla Cantoni. El esquema se divide en 50 empleados en producción primaria, 50 en frigorífico y 20 en logística, administración y gerencia.

La escala impresiona: 1.300 cerdas madres, un stock continuo de 18.000 animales y una faena semanal de entre 650 y 700 cerdos. “De ahí producimos todos los cortes, chorizo, morcilla, lo que sea”, resume.

Los productos llegan a toda la Patagonia: Neuquén, Río Negro y hasta Tierra del Fuego. “A Ushuaia llegamos hace muchos años, y seguimos yendo”, afirma.

El producto estrella y la dimensión industrial

Consultado por su producto más emblemático, Cantoni no duda: “El chorizo bombón… muy, muy rico”. Y la producción acompaña la demanda. La planta procesa 200 toneladas de carne por mes, de las cuales 30 toneladas corresponden a chacinados: chorizo bombón, chorizo común, rosca y envasados de todo tipo.

La compañía también elabora su propio alimento balanceado a partir de maíz y soja provenientes de La Pampa, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. “Lo producimos acá, lo molemos acá y se lo damos a los cerdos acá”, explica.

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Eficiencia, adaptación y una filosofía para producir en la Argentina

Cuando se le pregunta cómo se proyecta en un país marcado por la inestabilidad, Cantoni no apela a recetas mágicas: “No existe una clave… simplemente hay que adaptarse a cada situación, a cada gobierno”. Y agrega: “La empresa tiene 32 años, ha pasado por todo tipo de cosas. Hay que levantarse todos los días, no bajar la cabeza y seguir peleándola”.

En los últimos años, la estrategia fue enfocarse en eficiencia antes que en expansión. “Decidimos quedarnos en la producción que teníamos y hacerla más eficiente… producir por madre más kilo y bajar costos para competir”.

Orgullo neuquino y mirada de largo plazo

Granja El Amanecer es una rareza en una zona petrolera, pero también una señal de diversificación económica. “Poder producir y tener una industria alternativa a la hidrocarburífera para nosotros es un orgullo”, afirma Cantoni.

A futuro, la empresa quiere crecer hacia nuevos mercados: “La idea es vender a otras provincias y exportar. La Argentina tiene mucho para trabajar en el cerdo, hay que salir a buscar el mundo”.

A pesar de las dificultades, Cantoni elige seguir apostando por su tierra. “Amo mi país, amo mi provincia, soy muy neuquino… cuando veo algo lindo canto el himno de Neuquén”, confiesa entre risas. Y cuando le preguntan si alguna vez pensó en irse, responde con honestidad: “Hay días que los tengo, como todos… pero no, no me iría. Esta es mi tierra, este es mi lugar en el mundo”.

Entrevista de Fernando Genesir