Encerrados
21/10/2025 | 14:02
Redacción Cadena 3
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La “Generación de las cuatro paredes”: el nuevo desafío para la salud urbana
Existe una tendencia global que preocupa a los especialistas: la reducción del contacto con la naturaleza y el aumento del tiempo que pasamos en espacios cerrados. Bajo el lema “Deja que la naturaleza vuelva a tu vida”, el médico Enrique Orschanski explicó los efectos que esta situación tiene sobre la salud y el bienestar.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los habitantes urbanos permanecen el 90% del tiempo bajo techo, respirando un aire que puede estar hasta cinco veces más contaminado que el exterior. Este fenómeno, conocido como Indoor Generation o “Generación de las cuatro paredes”, afecta principalmente a quienes viven en ciudades medianas y grandes. En Europa, el 75% de la población pertenece a este grupo.
En España, una encuesta de YouGov reveló que la percepción general difiere de la realidad: la mayoría cree pasar el 60% del tiempo en interiores, cuando en realidad es el 90%. Además, el 15% de los encuestados reconoció no salir de su casa durante todo un día, una práctica que, según los expertos, puede tener consecuencias negativas para la salud física y mental.
El doctor Orschanski explicó que la falta de luz natural y de aire fresco altera el ciclo biológico humano, generando problemas como trastornos del sueño, mal humor y disminución de la energía. A su vez, la compañía VELUX impulsa campañas de concientización que promueven una mayor exposición al sol y la ventilación natural como parte de una rutina saludable.
/Inicio Código Embebido/
/Fin Código Embebido/En Córdoba, aunque no existen estudios específicos, se estima que los escolares pasan alrededor de 18 horas diarias en espacios interiores. La carga horaria destinada a actividades al aire libre en los colegios es mínima: dos módulos semanales de 40 minutos en nivel primario y tres en secundario.
El especialista detalló que vivir en ambientes semicerrados y con humedad puede agravar enfermedades respiratorias como el asma y la rinitis alérgica, presentes en casi un 40% de los casos observados. También señaló que la falta de exposición solar afecta la absorción de vitamina D, la estructura ósea, la piel y la digestión.
En la infancia, la escasa exposición a la luz natural puede potenciar temores nocturnos y dificultades para conciliar el sueño, además de influir en el comportamiento y la socialización.
Como parte de las recomendaciones, Orschanski propuso medidas simples y cotidianas para mejorar la calidad del aire y la relación con el entorno natural:
-Ventilar los ambientes dos o tres veces al día.
-Mantener una ventana abierta al ducharse o cocinar.
-Evitar el uso habitual de velas.
-Secar la ropa al aire libre.
-Dormir en completa oscuridad.
-Exponerse a la luz natural desde la mañana y limitar el uso de pantallas antes de dormir.
-Incrementar las horas de actividad física en las escuelas.
El mensaje final fue claro: no se trata solo de salir al campo, sino de recuperar el contacto diario con la naturaleza, aun desde el interior de las ciudades, como una forma de cuidar la salud y equilibrar la vida urbana.
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