Cómo transformar la experiencia de la vejez en un tiempo de disfrute

Ivana García es médica gerontóloga y fundadora de AMBAR, un espacio a través del cual busca transformar la experiencia de la vejez en un tiempo de disfrute y acompañamiento profesional, aliviando el desgaste emocional de los familiares cuidadores.

“Lo que más abordamos desde AMBAR es el síndrome del cuidador quemado”, explicó García en diálogo con Cadena 3. “Es ese hijo, hija o familiar que tiene la responsabilidad de cuidar a una persona mayor con algún grado de dependencia y siente que no tiene las herramientas para hacerlo. Se desvaloriza porque los de alrededor dicen: ‘¿De qué te quejas? Es solo quedarte ahí al lado y cuidarlo’. Todo eso termina impactando en la salud emocional del cuidador, que sufre muchísimo”.

Desde su base en Centenario, Neuquén, AMBAR cubre todo el Alto Valle del Río Negro y Neuquén, pero también acompaña a familias de Buenos Aires, Salta y Mendoza mediante abordajes virtuales. “Nuestro sueño es expandirnos –confesó–. Córdoba está primera en la lista, por mi corazoncito, y queremos brindar el mismo servicio en otras provincias”.

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La propuesta de AMBAR no se limita a la asistencia domiciliaria. García creó Tour Zona Azul, un programa de viajes transformacionales inspirado en los lugares del mundo donde las personas viven más y mejor. “El viaje permite cambiar hábitos. Al aislarnos de nuestra rutina, estamos más permeables a incorporar cambios que luego se transforman en un estilo de vida. Queremos que todos podamos vivir cien años, y con buena calidad de vida”, explicó.

Consultada sobre la economía en la vejez, la gerontóloga remarcó la importancia de la planificación: “No hay una sola vejez, sino muchas. Es clave que, desde la edad que podamos, planifiquemos la etapa de la vejez: dónde queremos vivir, quiénes queremos que nos cuiden y cómo vamos a solventarlo. Lamentablemente, para quienes viven con la jubilación mínima, la planificación es casi imposible porque deben concentrarse en sobrevivir semana a semana”.

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Sobre el costo de los cuidados, indicó: “Un cuidador en relación de dependencia, en nuestra zona, ronda los dos millones de pesos mensuales. Nosotros no tenemos cuidadores en plantilla: capacitamos en conjunto con la Universidad Argentina Patagonia y luego vinculamos a esos profesionales con las familias”.

La parte emocional es central en la formación que reciben los cuidadores, especialmente cuando se trata de enfermedades como el Alzheimer. “Lo último que pierde la persona con deterioro cognitivo son los vínculos y las emociones. Hay que tratarlos con respeto, brindarles cariño, hablarles, ponerles la música que les gustaba. Y también explicar a los familiares que es una enfermedad. Cuando aparecen signos de agresividad, la familia necesita apoyo profesional para afrontarlo. Nuestro objetivo es que, aun en situaciones difíciles, el recuerdo que quede no sea solo el sufrimiento”, señaló.

Ivana García cerró la entrevista con un mensaje esperanzador: “Cuidar de nuestros mayores no debería ser una carga insoportable. Con apoyo, planificación y amor, la vejez puede convertirse en una etapa de disfrute y dignidad tanto para quienes la viven como para quienes los acompañan”.

Entrevista de Claudio Giglioni