La Oriental: la confitería que marcó a Córdoba y revive en un libro imperdible.

La Argentina, Hoy

La Oriental: la confitería que marcó a Córdoba y revive en un libro imperdible

14/11/2025 | 20:31

Isaac Silbermanas presentó "La Oriental, una confitería con historia y duendes", un libro que reconstruye el recorrido de uno de los íconos gastronómicos, sociales y culturales de Córdoba.

Redacción Cadena 3

La historia de la tradicional Confitería Oriental vuelve a tomar vida. Isaac Silbermanas y su esposa, presentaron La Oriental, una confitería con historia y duendes, un libro que reconstruye el recorrido de uno de los íconos gastronómicos, sociales y culturales de Córdoba.

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Los cordobeses siempre le dijeron “La Oriental”. Así se llama también el libro: La Oriental, una confitería con historia y duendes, que firmás vos, Isaac Silbermanas, junto a tu esposa, Eloisa Jandrabine. Pero lo llamativo es que la confitería empezó siendo “El Confiterío Oriental”. ¿Por qué?

En 1863 llegan dos revolucionarios vascos, Gallarzábal y Navarruti, que venían de la República Oriental del Uruguay. Huyendo de las convulsiones políticas de ese país alquilan una propiedad en San Martín y 9 de Julio, e instalan un bar al que llaman Bar Oriental, por su origen uruguayo.

Entonces queda destruido el mito de que era “oriental” por China, Japón o Europa Oriental...

Exactamente. Era por la República Oriental del Uruguay. En esa época Córdoba era una aldea de 30 o 40 mil habitantes, con pulperías y calles de tierra. Ellos imponen la cultura del café, pero era un bar de hombres.

¿Cuándo aparece la pastelería?

Hacia 1880 llegan los suizos Felipe Poretti y Domingo Moresi, expertos en panadería y pastelería. Primero son empleados, pero después de la muerte de Gallarzábal y Navarruti se hacen cargo del negocio y se convierten en dueños.

Y crecen mucho...

Sí. Se expanden sobre 9 de Julio y también incursionan en la hotelería. Construyen hoteles como el San Martín y el Hotel de Europa. Había muchos estudiantes del interior que necesitaban alojamiento en aquella época.

También mencionaste una historia poco conocida sobre el Cura Brochero...

En 1897 Moresi compra al Cura Brochero la casa colonial donde hoy está la Galería Pasaje Central. Allí Brochero tenía su casa de retiro y un oratorio. La condición de venta fue que lo ayudarán a construir la iglesia y la casa de retiro en Villa Cura Brochero. Y así lo hicieron.

¿Cuándo empieza a ser una confitería familiar, donde entran mujeres y niños?

En 1926 la familia Moresi construye un edificio art déco muy importante, detallado en fotos en el libro. Ese edificio marca el inicio de la confitería como espacio para familias. Desde allí también empiezan a ofrecer servicios de catering y eventos.

¿En qué dirección estaba la confitería histórica?

En 9 de Julio 37. La galería central está en el 53.

La confitería se convierte luego en un gran salón social...

Sí. En 1944 la remodelan con estilo más americano y construyen en el primer piso un salón de fiestas donde se hacían grandes ágapes. Allí se atendía a príncipes, reyes y figuras de la política. También brindaban servicios al Hotel Bristol.

Era también un centro político...

Claro. Estaba cerca de la Legislatura, del Consejo y de la Casa de Gobierno. A la mañana se servían desayunos, a la tarde el vermut, y a la noche aperitivos. Los políticos iban y venían constantemente.

¿Cuándo empieza la decadencia?

En 1968 inauguran una gran confitería frente a Plaza Colón. En 1969, durante los disturbios del Cordobazo, la incendiaron. Eso afectó severamente la economía del negocio. Ya en 1971, con la peatonalización, perdieron estacionamiento. La confitería del centro cerró finalmente en 1973.

¿Cuándo se recupera?

En 2007 se construye el Pasaje del Oriental y al fondo se abre la nueva confitería, que luego se amplía.

Hablemos de tu trabajo para el libro. ¿Cómo recopilaste el material?

Empezamos en octubre del año pasado. Reuní fotos de coleccionistas, archivos municipales y provinciales, hemerotecas, colecciones personales y museos. Tuve suerte para hallar material valioso, como revistas Reflejos Sociales de 1935, donde aparecían eventos sociales realizados en la Oriental y el Hotel Bristol.

En el libro hay fotos de figuras como De Gaulle, la reina Fabiola o Felipe de Edimburgo...

Sí, porque la Oriental fue responsable de grandes servicios de catering para esas visitas. El banquete de honor a De Gaulle en el Salón de los Pasos Perdidos lo sirvió la Oriental. También atendieron la inauguración de IKA-Renault y muchos otros eventos oficiales.

Pero también está la memoria afectiva de los cordobeses...

Totalmente. Muchos recuerdan haber ido de niños con sus madres a tomar chocolate. Esos recuerdos mantienen viva la historia. El libro reúne memoria visual y también testimonios de familias de antiguos empleados.

¿Cuántos empleados llegó a tener la confitería?

Entre 150 y 180. Todo se hacía ahí: alfajores, bombones, pastelería. Nada se compraba hecho. Después, por cuestiones operativas, la cocina se trasladó a Juan B Justo y Góngora.

¿Qué testimonios te impactaron más?

El de la familia Abaca Vázquez. El encargado llevaba a sus sobrinos a vender caramelos cuando eran chicos. Esos mismos chicos hoy recuerdan cómo la confitería funcionaba como una gran familia. Los patrones eran generosos y festejaban cada aniversario con ellos.

Para cerrar, siempre pedimos una recomendación de libro para nuestra biblioteca virtual...

Recomiendo Radiografía de la Pampa, de Ezequiel Martínez Estrada. Describe la Argentina del centenario: el gaucho, el inmigrante, la sociedad de la época. Borges una vez le dijo a mi esposa: “No me enseñe a mí, enséñelo a Martínez Estrada”. Es difícil de conseguir, pero vale la pena.

Entrevista de Sergio Suppo.

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