Imán Marwan Gill.

La Argentina, Hoy

Imán Marwan Gill: "El islam significa paz, y condena la violencia"

10/11/2025 | 20:07

En un mundo atravesado por tensiones geopolíticas, prejuicios culturales y discursos polarizados, el imán de la comunidad musulmana Ahmadía en Argentina habló con Cadena 3.

Redacción Cadena 3

Nacido en Alemania, de raíces pakistaníes y con hijos argentinos, Imán Marwan Gill, se define a sí mismo como “un ejemplo de la globalización actual”: tres generaciones nacidas en tres continentes distintos. 

La comunidad Ahmadía, fundada en la India en el siglo XIX, es una de las más extendidas del mundo y se distingue por su interpretación del Mesías y la era mesiánica. Hoy tiene entre 12 y 15 millones de fieles globalmente, mientras en Argentina transita una etapa inicial con unos 50 integrantes. El imán llegó al país en 2017 para iniciar el trabajo religioso y comunitario.

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Naciste en Alemania pero tus orígenes están en Pakistán. ¿Es así?

Creo que soy un buen ejemplo de la globalización del siglo XXI. En tres generaciones, nacimos en tres continentes diferentes. Mis padres son de Pakistán, yo nací en Alemania y mis hijos nacieron en Argentina.

Es probable que algunos de tus ancestros hayan vivido en la India antes de la división del subcontinente. ¿Es correcto?

Totalmente. Mi abuelo vivía en la India y, cuando los británicos se retiraron y se produjo la partición, como la mayoría de los musulmanes, se trasladó a lo que hoy es Pakistán.

Sos el presidente e imán, el líder religioso, de la comunidad musulmana Ahmadía. ¿Lo pronuncié bien?

Sí, lo pronunciaste muy bien: comunidad Ahmadía. Quizás surge la duda de qué es la comunidad Ahmadía. Para quienes no son musulmanes es importante aclararlo, porque a veces se habla del “mundo musulmán” como si fuera una estructura homogénea, como la Iglesia Católica, pero no es así. Hay casi dos mil millones de musulmanes en más de 50 países, con más de 70 ramas y corrientes. Nuestra comunidad nació en la India en el siglo XIX. Coincidimos con otros musulmanes en las fuentes, pero hay diferencias de interpretación. Lo que nos distingue es el concepto de la figura del Mesías y la época mesiánica.

¿Cuántos miembros tiene hoy la comunidad Ahmadía en la Argentina?

Aquí estamos en una etapa inicial, con unos 50 miembros. Llegamos en 2017, cuando fui enviado como imán para comenzar el trabajo. En el mundo somos entre 12 y 15 millones. La comunidad se originó en el subcontinente, pero también somos pioneros en Occidente, con presencia antigua en Inglaterra, Alemania, Estados Unidos, Canadá y muchos países de África. En América Latina estamos desde hace 10 o 15 años.

Existe una asociación injusta entre islam y violencia extrema. ¿Cómo vivís ese prejuicio y qué hacés para revertirlo?

Gracias por tocar ese tema. Muchas veces se habla del islam en espacios donde nosotros no estamos presentes para representarnos. En lo personal, este prejuicio me motivó a formarme como imán. El 11 de septiembre marcó nuestras vidas y se estableció una narrativa que equiparó el islam con el terrorismo. En vez de preguntar qué es el islam, muchos parten de ideas equivocadas. Pero el islam significa paz. Saludamos con As-salamu alaykum, “la paz sea contigo”. El Corán condena categóricamente la violencia y dice que quien mata a una persona inocente es como si hubiera matado a toda la humanidad, y quien salva una vida es como si hubiera salvado a toda la humanidad. No distingue creencias, nacionalidades ni etnias.

¿Cómo viviste la evolución del conflicto entre Israel y Palestina?

El terrorismo es terrorismo, sin peros. Condenamos lo ocurrido ese día. Nuestro líder espiritual, su santidad Mirza Masroor Ahmad, lo condenó públicamente. Pero el conflicto no comenzó el 7 de octubre. Es un conflicto de casi un siglo, y la comunidad internacional no ha logrado resolverlo diplomáticamente. Hamás es parte del problema, no de la solución, pero tampoco es el origen de todo. El origen está en la situación del pueblo palestino y su autonomía. Lo que no entiendo es la doble vara: matar niños israelíes es un crimen de guerra, y matar niños palestinos también. Bombardear hospitales es un crimen de guerra en cualquier lugar. Hay que salir de esta espiral con urgencia y encontrar una solución definitiva.

¿Hay un aumento del antisemitismo y también del rechazo a los musulmanes?

Sí. El antisemitismo y la islamofobia son dos caras de la misma moneda. Donde se discrimina a una minoría, con el tiempo se discriminará a otras. Vimos frases antisemitas en Argentina, y también comentarios islamófobos en redes sociales por parte de personas vinculadas al gobierno. Es imprescindible buscar espacios de diálogo y no caer en noticias falsas. No se puede responsabilizar al judaísmo por el actuar del gobierno israelí ni al islam por el terrorismo de Hamás. Vincular una religión con terrorismo es bárbaro e injusto. El islam es garante de la vida, la paz y la armonía. Judíos y musulmanes convivieron durante catorce siglos. No es un conflicto religioso.

En Europa hubo tensiones con comunidades musulmanas. ¿Hay problemas de integración?

Es un asunto con dos dimensiones. Por un lado, algunas sociedades musulmanas atraviesan una crisis moral, social e intelectual. Hay grupos minoritarios que interpretan el islam de forma equivocada y extremista, y los musulmanes moderados debemos tomar una postura más firme. Pero también es importante no usar el islam como chivo expiatorio. Hay malas personas en todas las comunidades, pero no representan las enseñanzas de su fe. El islam estableció la igualdad entre hombres y mujeres en el siglo VII. El profeta Mohammed enseñó que la mujer debe obtener educación desde la cuna hasta la tumba. Si eso no se refleja en ciertos países, es porque se han alejado de la esencia del islam. Nuestra misión es reformar a los musulmanes, pero no cambiando la religión, sino regresando a sus principios.

Para finalizar, ¿qué libro recomendarías para sumar a la Biblioteca Virtual de Cadena 3?

El Sagrado Corán. No es solo una guía para los musulmanes, sino universal. Ofrece sabiduría para mejorar nuestra vida, nuestras relaciones y nuestra paz interior. La palabra jihad significa esfuerzo: esfuerzo contra nuestro ego y nuestras malas inclinaciones. Allí encontramos herramientas para ser mejores personas y promotores de paz.

Entrevista de Sergio Suppo.

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