Esteban Domecq: "Sin consensos políticos, la estabilización no durará"

El economista Esteban Domecq, uno de los analistas más escuchados por empresarios y agentes financieros, brindó una extensa entrevista con Sergio Suppo en La Argentina hoy, en la que analizó la evolución del poder adquisitivo, los desafíos de la estabilización económica y el impacto que el proceso de ajuste tendrá en las elecciones de octubre.

Te escuchamos en el coloquio de la Unión Industrial trazar un panorama sobre la economía. Te pregunto: la idea de que la gente tiene menos plata en el bolsillo, que algunos sintetizan diciendo “no llego a fin de mes”, ¿es tan así?

Efectivamente, los ingresos reales vienen cayendo desde hace siete u ocho años. La crisis comenzó con la devaluación de Axel Kicillof en 2014, siguió durante el gobierno de Macri con la crisis cambiaria de 2018, y se profundizó con la espiral inflacionaria en los últimos meses de Alberto Fernández. El gobierno de Javier Milei recibió esa herencia y sinceró precios relativos, lo que aceleró la inflación en diciembre de 2023. Eso llevó los ingresos a un piso en abril de 2024. Desde entonces, con la baja de la inflación, empezó un proceso de recomposición del poder adquisitivo, pero de manera muy heterogénea según sector y tipo de trabajador. Hoy, comparado con un año atrás, todos los ingresos están mejor, pero muchos todavía no recuperaron la caída del 2023. Además, con el sinceramiento de tarifas, el gasto fijo de los hogares pasó de representar el 38% al 50% de ingresos menores, lo que dejó al consumo variable 30% abajo. Entonces, sí, hay mejora, pero incompleta y desigual.

Quizás la gente siente que tiene la misma plata, pero le alcanza para menos cosas.

Exactamente. La recomposición del poder adquisitivo se va en pagar servicios antes subsidiados. Lo que antes era una boleta de luz de 20.000 pesos, en realidad costaba 80.000 y el Estado subsidiaba la diferencia. Hoy se pagan los 80.000 completos. Eso hace que la gente no perciba la mejora en su bolsillo.

¿Qué valor tiene el resultado económico en el resultado electoral de octubre?

La clave es si priorizamos el corto o el largo plazo. Argentina necesita estabilidad y eliminar la inflación, como lo hicieron casi todos los países del mundo. Si sólo pensamos en el corto plazo y en una recomposición incompleta del ingreso, el voto puede cambiar. Pero si se valora la estabilidad, la sociedad debería ratificar el camino. El resultado electoral marcará dos escenarios: seguir avanzando con una economía ordenada o retroceder. Además, influirá la reacción del mercado, porque Argentina está sin crédito hace años. Y, según eso, el gobierno deberá recalibrar su programa económico, sobre todo en lo monetario y cambiario, donde aún hay problemas no resueltos.

Los empresarios esperan que termine la reforma macroeconómica para invertir. Argentina tiene una de las menores tasas de inversión en la región. ¿Cómo se puede revertir?

Argentina tiene la menor tasa de inversión de la región. Para revertirlo, primero hay que concluir la estabilización fiscal y monetaria. Luego, avanzar con reformas estructurales que reduzcan el costo argentino: tributaria, laboral, previsional. Hoy la presión tributaria, el costo financiero, la logística y la burocracia hacen inviable la inversión. Esta agenda está muy atrasada.

¿Los votantes son conscientes de que aún estamos en transición y que el esfuerzo no terminó?

No, la gente está en el día a día, cuidando su trabajo y sus negocios. Este puente a la estabilidad, iniciado en diciembre de 2023, llevará años. Arreglar una economía rota por décadas no se logra en meses. El desafío es compatibilizar la velocidad de la corrección económica con la paciencia social.

Hemos visto el crecimiento de Vaca Muerta y la minería. ¿Estos sectores son parte de esa transición?

Claramente. En energía ya hay resultados: la balanza pasó de un déficit de 7.000 millones de dólares en 2013 a un superávit de casi 7.000 en 2023, y seguirá creciendo año a año. En minería, especialmente litio y cobre, habrá un salto en tres a cuatro años, pasando de 5.000 millones en exportaciones a 20.000 o 25.000. La oportunidad está, pero Argentina debe dejar de desaprovecharla y consolidar estabilidad macroeconómica y reglas claras para que esos recursos sean un motor de desarrollo.

¿Qué falta entonces para consolidar este camino?

Falta consenso político. El gobierno nacional hizo un ajuste, pero provincias y municipios no acompañaron. Sin acuerdos amplios, las reformas estructurales no avanzarán. La estabilización debe complementarse con instituciones sólidas y consensos para que el proceso sea duradero.

¿Qué libro recomendarías para la biblioteca de La Argentina hoy?

Dos. En economía, ¿Por qué fracasan los países? de Acemoglu y Robinson, que explica el rol de las instituciones en el desarrollo. Y en lo espiritual, Siddhartha de Hermann Hesse, una guía para momentos difíciles.

Entrevista de Sergio Suppo.