Horacio López Das Eiras y Sergio Suppo.

La Argentina, Hoy

De Cosquín al Colón: el viaje íntimo de Mercedes Sosa contado por Horacio López

12/11/2025 | 19:48

El periodista y escritor presentó su nuevo libro “Mercedes Sosa, ninguna igual. Cronología de una voz eterna”, una obra que recorre los momentos más significativos de la vida y trayectoria de la máxima referente del folclore argentino.

Redacción Cadena 3

En diálogo con Sergio Suppo, Horacio López Das Eiras repasó los inicios de “La Negra”, sus años en Córdoba, su debut en Cosquín y las huellas que dejó en la cultura popular, en el marco de la presentación de su nuevo libro "Mercedes Sosa, ninguna igual. Cronología de una voz eterna".

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Hemos compartido muchos años de redacción en La Voz del Interior, así que nos conocemos hace tiempo. Siempre te interesó el folclore y sus figuras centrales, como Mercedes Sosa, aunque en el diario escribías sobre todo de fútbol. ¿Qué te llevó a escribir sobre ella?

El hechizo por Mercedes comenzó el mismo día que para vos: el 10 de diciembre de 1982, en la cancha de Belgrano. Yo estuve ahí, igual que vos.

Exactamente, recuerdo ese concierto. Fue histórico...

Empezó a las 22.10. El escenario estaba sobre el campo de juego, de espaldas al pasaje Walfin, frente a la tribuna chica. La cancha estaba llena. Yo la vi desde el campo, y fue un momento inolvidable.

Ese recital fue el reencuentro de Mercedes con su público después de la guerra de Malvinas, ¿no?

Así es. En ese momento comenzaba la llamada Primavera Democrática. Los militares estaban en retirada y Mercedes pudo volver a cantar en el país después de haber estado prohibida. Había vuelto en febrero del ’82 al Teatro Ópera de Buenos Aires, donde hizo trece funciones con enorme éxito, pese a amenazas y presiones. Luego regresó a Europa y más tarde, en octubre y noviembre, emprendió una gran gira nacional que incluyó Córdoba y Río Cuarto. En Córdoba llenó la cancha de Belgrano.

Mercedes Sosa ya había estado antes en Córdoba, mucho antes de esa época...

Sí, y eso está contado en el libro. Sus momentos fundacionales fueron en Cosquín. En 1965 subió al escenario impulsada por Jorge Cafrune, y en 1966 volvió ya contratada oficialmente.

Contame esa historia del 65, cuando Cafrune la hizo subir “de prepo”...

En realidad, no fue tan improvisado. Mercedes viajó desde Mendoza con Matus, en tren, con un vestido prestado. Se alojaron en la casa de un bombero y, por consejo de Cafrune, comenzó a cantar en la confitería La Europea. Allí se reunía toda la bohemia de Cosquín. Cafrune la presentó en ese lugar y se ganó su primera hinchada. Cuando los organizadores del festival le negaron un espacio, Cafrune acordó con Germán Casenave, jefe de programación, que la hiciera subir durante su propia actuación. Y así fue: la presentó y ella cantó “Canción del derrumbe indio".

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Y al año siguiente ya volvió como figura oficial...

Exactamente. En 1966 la presentó Julio Marvis y recordó que el año anterior había cantado “sin ser invitada”. Pero fue ovacionada y su carrera despegó. En ese Cosquín se le acercó Santos Lipsker, de Philips, quien le dijo: “Usted va a ser como Frank Sinatra, va a cantar bien hasta el último día de su vida”. A la semana ya estaba firmando su primer contrato discográfico.

¿Ella siguió yendo a Cosquín en los años siguientes?

Sí. Cantó en el 66, 67, 68, 69, 70, 71, 73 y 74. En el 72 estuvo de gira y en el 75 ya estaba prohibida. Volvió recién en 1984. Siempre tuvo idas y vueltas con la comisión del festival, aunque en 1999 hicieron las paces con Julio Marvis. En 2001 y 2002 cantó en Jesús María.

También pasó por otros festivales cordobeses, como Villa María...

Sí, debutó allí en 1968, acompañada por Kelo Palacios en guitarra.

¿Y solía presentarse en peñas o lugares más pequeños de Córdoba?

Sí. Había peñas y subsuelos donde actuaba. Un fanático cordobés, Jorge, conocido como “el japonés”, recuerda haberla visto en un subsuelo de la calle 25 de Mayo, junto a Mazzitelli, su segunda pareja, y Miguel Ángel Gutiérrez, locutor y conductor del festival de Cosquín. En 2006, Gutiérrez la presentó con mucha emoción en Cosquín, fue una presentación conmovedora. Mercedes inauguró el festival diciendo “Aquí Cosquín”. Fue su anteúltima vez. En 2008 volvió y compartió el escenario con Soledad Pastorutti.

Al principio Mercedes fue crítica con Soledad, ¿no?

Sí, hubo cierta distancia entre ellas, pero luego se reconciliaron y grabaron juntas en Cantora, el último gran disco de Mercedes.

Ella no viajaba en avión, así que debió pasar muchas veces por Córdoba...

Siempre viajaba en auto. Pasó por Córdoba incontables veces. Tenía alguna relación especial con los recitales populares de Radio Universidad y Canal 10. Esos recitales fueron pioneros de los conciertos masivos en Córdoba. Uno fue en el Club Atenas, y luego debía cantar en el Hotel Crillón. Un grupo de jóvenes la siguió desde el club y protestó porque iba a presentarse ante “los pudientes”. Entre ellos estaba Iván Barrionuevo, que años después dirigió el coro municipal. Años más tarde se reencontraron cuando él dirigió el coro que acompañó a Mercedes en la Misa Criolla.

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Qué giro del destino...

Totalmente. Otra anécdota curiosa: Mercedes conoció la obra de Violeta Parra en Río Cuarto, en los años 70. En una reunión, un amigo le mostró el disco Últimas composiciones y se lo regaló. Desde entonces se convirtió en su gran difusora.

¿Tenía rituales cuando venía a los festivales?

En su primera etapa era bohemia: se juntaba con amigos, comía empanadas y tomaba vino. Con el tiempo, ya más profesional y reconocida, cambió. Pero la amistad seguía siendo esencial para ella.

En el libro mencionás también su primera gira internacional...

Sí. En 1967, dos años después de Cosquín, Ariel Ramírez la invitó a Europa. Allí se conocieron. Mercedes presentó su repertorio en ciudades como Rotterdam y en Alemania. Fue el comienzo de su proyección internacional. En ese viaje Mercedes le propuso a Ramírez grabar un disco con historias de mujeres argentinas, que derivó en obras memorables como Alfonsina y el mar o Juan Azurduy.

Para cerrar, ¿nos recomendás un libro para la biblioteca virtual de la Argentina?

Bueno, además de Mercedes Sosa, ninguna igual, voy a recomendar El partido de nuestras vidas. Es un libro sobre la final en Madrid entre River y Boca, escrito a contrarreloj por dos periodistas, uno de cada club.

Entrevista de Sergio Suppo.

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