Nació en un albergue y hoy ayuda a víctimas de violencia

Marcos Santana Andújar no tuvo una infancia fácil. Nació en un albergue transitorio para sobrevivientes de violencia de género y vivió allí junto a su mamá y sus hermanos. A pesar de la violencia, su madre volvió en varias ocasiones con su agresor, tal y como suele suceder con las personas víctimas de violencia.

Quedó tan marcado por estos eventos que decidió trabajar en favor de las víctimas de violencia doméstica y creó la Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud, una red que conecta todos los refugios que hay en Puerto Rico y que reúne a 104 instituciones de servicios en 32 municipios que beneficia a 2.500 niños y niñas.

Con una carrera profesional ya desarrollada, Santana Andújar visitó varios países para contar su experiencia y este sábado llega a Córdoba para participar del Encuentro de la Diplomatura Universitaria en Formación de Acompañantes Comunitarios contra la violencia de género. La diplomatura es dictada por el Ministerio de Justicia y DDHH de la Provincia de Córdoba junto a la Red de Universidades por la No Violencia hacia las Mujeres.

"Nací y viví en un albergue para sobrevivientes y fue en ese espacio que entendí la pertinencia de insertarme en trabajos para construir un mundo más justo y a donde quepamos todos sin violentarnos. Esto me hizo dirigir mi vida en los últimos 14 años a esto", expresó a Cadena 3.

En el albergue en el que creció, vivió gracias a la labor de un grupo de monjas. La directora del lugar murió y él junto a su familia decidieron regresar para ayudar.

"En el albergue recibíamos niños de sus hogares por violencia física y cuando los atendíamos nos dábamos cuenta que estaban en una situación de violencia de género. Los albergues son una medida provisional que provee acompañamiento y estabiliza. Esos niños tienen graves daños en el desarrollo evolutivo: problemas de memoria, de desempeño académico y estrés tóxico", expresó.

Según Santana Andújar, el precio que pagan los niños es porque el sistema está diseñado para protegerlo pero no para acompañarlo.

"En Puerto Rico hay niños que entran al sistema de protección a los 5 años pero están hasta los 16. Yo tuve una experiencia hermosa. El sistema de albergues fue fundamental para mi formación", dijo.

Una vez formada la red de albergues, Marcos tuvo que darle un giro luego de sucedido el huracán María de 2017. En ese momento, los albergues quedaron desamparados por la ubicación.

"Ahí fue cuando le pusimos el nombre de red porque vimos que el 58% de los niños vivìan en la pobreza. El panorama era muy crítico y empezamos a trabajar con niños fuera de los albergues también. Nosotros queremos que no haya más niños que entren a los albergues. Hay que proveer más servicios y apoyo a las familias", explicó y puso como ejemplo al Polo de la Mujer de la provincia.

La Mesa de Café.