Los límites de la "legítima defensa"

El caso del jubilado que mató a un ladrón en Quilmes puso de nuevo en debate los límites de la legítima defensa y su alcance.

El hombre, de 71 años, fue imputado por el fiscal Ariel Rivas por “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” y se encuentra actualmente con prisión domiciliaria, luego de que diera muerte a un delincuente que ingresó en su vivienda el viernes pasado.

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En diálogo con Cadena 3, el abogado y profesor de Derecho Penal de la Universidad Católica de Córdoba (UCC), Facundo Pérez Lloveras, explicó que “en principio sería un caso de legítima defensa privilegiada porque la ley contempla que cuando un sujeto encuentra a una persona desconocida en su vivienda y sospecha que va a ser víctima de un acto delictivo puede atacarlo y esto no será punible”.

Sin embargo, aclaró que esta situación “tiene límites” y es que “el atacante ofrezca resistencia” y que “sea inminente, no sea pasado”.

Lo que está autorizado por la ley es que se defienda de una agresión, pero no debe continuar agrediendo porque allí ya no se está defendiendo, sino que se está vengando

Respecto a las imágenes que se conocieron en los medios señaló que aparentemente el jubilado “continuó atacando” y probablemente le dio muerte al ladrón cuando “cesó la situación de peligro específica”.

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Pérez Lloveras indicó que es por esta circunstancia que el fiscal acusa al hombre de “homicidio”, porque “ya habría pasado la situación que la ley contempla para que un sujeto se defienda”.

“Lo que se ve hasta ahora por las imágenes -que es una pequeña prueba- es que probablemente se haya excedido en el acto de defenderse y podría llegar a ser un crimen común o un homicidio”, concluyó.

Informe de Agustina Vivanco.