El año en que perdimos todos

Con la muerte súbita del gradualismo económico de Cambiemos, el 2018 deja una colección de datos negativos que afectaron el tamaño de la economía, el nivel de endeudamiento y el poder adquisitivo de los hogares.

Las 22 empresas argentinas que cotizan en el índice Merval de la Bolsa de Comercio afrontaron durísimas pérdidas. La suma del valor de sus acciones, medida en dólares, se achicó en 50,7%. Perdieron 35 mil millones de dólares en capital. El año fue horrible en todo el mundo, pero no tanto como en Argentina: en los mercados emergentes la pérdida de capital de las empresas que cotizan fue de 16%.

Lo mismo pasó con el Producto Interno Bruto (PIB). El año pasado, los bienes y servicios que producían los argentinos estaban valuados en 540 mil millones de dólares. Ahora valen 322 mil millones de dólares.
Por esa razón, y también porque pidió más dinero prestado, la deuda pública en dólares del Estado se disparó si se la mide como porcentaje del PIB: el peso de la deuda se incrementó 79%. A fin del año pasado equivalía al 53% del PIB; ahora, al 95%.

Desde enero, el dólar aumentó 105 por ciento. Cotizaba a $ 18,92. El último día con mercados operando de 2018 cotizó a $ 38,85.

En cambio, los precios se mantuvieron por detrás. Los minoristas crecieron 48,5% y los mayoristas 74,1%. Eso da una ventaja cambiaria a lo exportadores y a quienes compiten contra los importados.

Pero la suba de precios en pesos, aunque inferior al dólar, fue suficientemente para reducir fuertemente el poder adquisitivo. Es que los salarios en blanco, en setiembre (último dato disponible), habían subido apenas 23,7% en 12 meses.

Informe de Adrián Simioni.