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06/03/2013 | 08:16 | La Constitución Venezolana establece que ante la muerte del presidente, se debe convocar a comicios en los 30 días posteriores al deceso del jefe de estado.
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Para Zovatto, Venezuela debe convocar a elecciones en los próximos 30 días.
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Murió Hugo Chávez, presidente de Venezuela (Nicolás Maduro, vicepresidente)
El presidente Hugo Chávez falleció ayer, a los 58 años, víctima de un cáncer, en el hospital militar de Caracas, sin haber podido despedirse de los venezolanos, un final dramático a sus 14 años de poder, que coloca a Venezuela a las puertas de elecciones anticipadas y al chavismo ante el reto de hacer perdurar una revolución identificada con su carismático líder.
"Recibimos la información más dura y trágica que podamos transmitir a nuestro pueblo. A las 16.25 de la tarde de hoy 5 de marzo, ha fallecido nuestro comandante presidente Hugo Chávez Frías, luego de batallar duramente con una enfermedad durante casi dos años", dijo Maduro ayer con la voz entrecortada y al borde del llanto.
Maduro, de 50 años, designado como su heredero político por Chávez, debe ser el candidato oficialista para las elecciones presidenciales que deberán celebrarse en un plazo de 30 días, como indica la Constitución, probablemente contra el líder opositor Henrique Capriles, de 40 años.
Chávez había regresado de La Habana el 18 de febrero, sin ser visto ni oído, después de haber sido operado el 11 de diciembre por cuarta vez de un cáncer, cuya naturaleza y detalles nunca se dieron a conocer.
Durante todo este periodo de incertidumbre, los venezolanos sólo vieron del otrora omnipresente presidente unas fotografías en las que aparecía consciente en su cama del hospital cubano, rodeado de dos de sus hijas. La última vez que lo escucharon fue el 10 de diciembre, cuando, al partir a Cuba, se despidió con un "¡Hasta la vida siempre!" en el aeropuerto internacional.
Líder absoluto del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Chávez había sido reelegido holgadamente el 7 de octubre por tercera vez desde que asumió el poder en 1999, y su toma de posesión, prevista el 10 de enero en la Asamblea Nacional, había sido aplazada sine die.
A pesar de que el cáncer le fue diagnosticado en junio de 2011, el mandatario recién definió su sucesión en diciembre pasado, obligado por la enfermedad.
Maduro, ex sindicalista del Metro de Caracas, afronta el reto de reemplazar a un presidente carismático y dicharachero, que concentró y personificó el poder y estableció un vínculo casi espiritual con las clases populares, su base electoral.
Chávez, que proyectó gobernar hasta 2031, aspiraba a profundizar su proyecto socialista en este país con las mayores reservas de petróleo del mundo, pero aún con amplios sectores en la pobreza.
Con las misiones sociales, una de las claves de su gran popularidad, ayudó a cubrir las necesidades básicas de las clases populares, pese a ser tachado de populista por sus adversarios.
Chávez, cuyo partido controla además el Parlamento y la mayoría de gobernaciones y alcaldías, e hizo marcar el paso al poder judicial, nunca reconoció legitimidad a la oposición, ni se mostró pluralista o partidario de la alternancia en el poder.
Ejerció además un control absoluto de los medios de comunicación públicos, desde los que gobernó y se hizo omnipresente en la vida de los venezolanos. Usó y abusó de las cadenas obligatorias, en las que todos los medios del país debían transmitir sus alocuciones.
Con su don de la palabra y su discurso irreverente, el mandatario no dejó a nadie indiferente. Mientras se ganó la devoción de los pobres, fue insultante y despectivo con sus adversarios políticos, "la burguesía y el imperialismo", polarizando a la sociedad venezolana, hoy literalmente partida en dos.
A medida que la enfermedad fue avanzando, las invocaciones a Dios y a Jesucristo se multiplicaron en boca de Chávez, quien llegó a rogarle al Señor, con lágrimas en los ojos, que "no se lo llevara todavía".
Fue un presidente hiperactivo, hasta que la enfermedad le obligó a dejar de ser un "caballo desbocado", como él mismo reconoció, y en los últimos meses redujo sus apariciones y discursos.
Venezuela debe convocar a elecciones en 30 días
El politólogo Daniel Zovatto, en diálogo con Cadena 3 señaló que la Constitución Venezolana establece que ante la muerte del presidente, se debe convocar a elecciones presidenciales en los 30 días posteriores al deceso del jefe de estado.
Asimismo, el especialista dejó abierta la posibilidad de una interpretación subjetiva del Poder Ejecutivo al deslizar que “hay que ver si Venezuela transita dentro de la Constitución o por fuera”.
“La Constitución establece de manera clara como una de las seis causales de falta absoluta, la muerte del presidente. Establece, asimismo, que ante la falta absoluta por causal de muerte se abren los siguientes escenarios: si se produjo en los primeros cuatro años de los seis que dura el período presidencial, hay que convocar a nuevas elecciones en los 30 días consecutivos siguientes”.
“El tema a debatir es quién va a convocar a elecciones, porque la Constitución dice que si el presidente electo ha asumido y tomado posesión, entonces el que debería estar al frente es el vicepresidente, en este caso Nicolás Maduro”.
“Por lo contrario, si el presidente electo, al no haberse juramentado el 10 de enero, se considera que no está en posesión de su período reciente, entonces el que debería estar al mando de la presidencia en estos 30 días y convocar a las nuevas elecciones, es el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdao Cabello. Ese creo que es el gran dilema a resolver”, consideró Zovatto.
Y alertó: “Si Venezuela decide apartarse de la senda constitucional y no convoca a elecciones dentro de los próximos 30 días, eso colocaría al país en una situación de crisis política aún mayor”.