Estados Unidos
31/03/2025 | 14:20
Redacción Cadena 3
“No estoy bromeando. Hay métodos para hacerlo”.
Donald Trump, quien asumió su segundo mandato como presidente de Estados Unidos el 20 de enero de 2025 tras vencer en las elecciones de noviembre de 2024, volvió a encender el debate sobre un posible tercer mandato.
En un discurso este fin de semana, el mandatario dejó entrever esa posibilidad, lo que generó especulación sobre sus intenciones y las implicancias legales y políticas de tal escenario.
Este fin de semana, en el programa Meet the press, Trump le dijo a la presentadora Kristen Welker: “Mucha gente quiere que lo haga. Mi pensamiento es que tenemos un largo camino por recorrer. Estoy centrado en lo actual”.
La Enmienda 22, ratificada en 1951 tras los cuatro mandatos de Franklin D. Roosevelt, es tajante: "Ninguna persona podrá ser elegida para el cargo de Presidente más de dos veces".
Esto aplica tanto a mandatos consecutivos como no consecutivos. Trump, con un primer período de 2017 a 2021 y el actual desde 2025, estaría constitucionalmente impedido de postularse en 2028 tras completar su segundo mandato en 2029.
Ya en un discurso en Iowa el 12 de octubre de 2024, durante la campaña electoral, Trump afirmó: "Si gano, tal vez tengamos que pensar en algo grande para 2028, ¿no creen? Porque me robaron 2020, así que quizás merezcamos un extra".
Esta declaración, mezcla de broma y provocación, reforzada con lo que dijo en las últimas horas, reavivó las especulaciones entre sus seguidores, quienes corearon "¡Cuatro años más!"
Más recientemente, el 28 de marzo de 2025, en un evento en Florida, dijo: "Estamos haciendo tanto por este país que algunos dicen que debería quedarme más tiempo, pero ya veremos qué pasa". Aunque no es un anuncio formal, sus palabras mantienen viva la narrativa de un tercer mandato.
Las afirmaciones de Trump, especialmente sobre un supuesto "robo" en 2020 —rechazado por tribunales y auditorías—, han llevado a algunos aliados, como el senador Mike Lee, a sugerir que la Enmienda 22 podría ser reinterpretada o derogada.
Sus comentarios resuenan con una base que lo ve como víctima de un sistema injusto, pero también alimentan críticas de quienes lo acusan de socavar las normas democráticas.
Técnicamente, sí, pero es un proceso arduo: requiere la aprobación de dos tercios del Congreso (Cámara y Senado) y la ratificación por 38 de los 50 estados en siete años.
Con un Congreso polarizado —aun con una posible mayoría republicana en 2025—, lograrlo antes de 2028 es casi imposible.
En 230 años, solo se han aprobado 27 enmiendas, ninguna derogando otra en tan corto plazo.
Antes de la Enmienda 22, Franklin D. Roosevelt gobernó de 1933 a 1945, con cuatro mandatos. Grover Cleveland, con dos períodos no consecutivos (1885-1889 y 1893-1897), es el caso más similar a Trump, pero ocurrió antes de la restricción.
Desde 1951, presidentes como Eisenhower, Reagan y Obama cumplieron dos mandatos y se retiraron sin cuestionar la regla.
Algunos especulan que podría postularse como vicepresidente en 2028 y asumir la presidencia si el titular renuncia, pero la Enmienda 12 lo descalifica al exigir que los vicepresidentes sean elegibles para el cargo principal.
Una reinterpretación de la Enmienda 22 por la Corte Suprema, como sugieren algunos trumpistas, también es inviable: el texto es claro y los jueces, incluso los conservadores que él nombró, no pueden modificarlo sin un cambio constitucional.
Un desafío a la Enmienda 22 desataría una crisis política. Los demócratas lo tildarían de autoritario, mientras que el Partido Republicano podría dividirse entre leales a Trump y quienes buscan renovar el liderazgo con figuras como Ron DeSantis.
Aunque no pueda candidatearse, Trump podría influir desde fuera, respaldando a un sucesor o incluso a un familiar, como su hija Ivanka o su hijo Donald Jr.
Laurence Tribe, jurista de Harvard, asegura: "La Enmienda 22 es inamovible sin un cambio constitucional; las palabras de Trump son ruido, no una estrategia viable". Jonathan Turley, abogado conservador, añade: "Es una fantasía política, no una posibilidad legal".
Los expertos coinciden en que sus declaraciones son más tácticas para mantener relevancia que un plan factible.
Trump, quien tendrá 82 años al dejar la presidencia en 2029, no puede postularse nuevamente según la ley actual.
Sus dichos, como "tal vez tengamos que pensar en algo grande para 2028", parecen diseñados para galvanizar a sus bases y presionar al sistema, pero chocan con un límite constitucional firme. Su legado, sin embargo, podría perdurar si moldea al Partido Republicano o impulsa un heredero político en las próximas elecciones.
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