Preocupación
14/10/2022 | 18:27 | Amalia de Orange, de 18 años, vive prácticamente sin salir en el palacio real en La Haya. Sus padres, el rey Guillermo y su esposa, la argentina Máxima, reconocieron la gravedad de la situación.
Redacción Cadena 3
La princesa Amalia de Orange, de 18 años, vive prácticamente sin salir en el palacio real en La Haya, con sus padres el rey Guillermo Alejandro de los Países Bajos y su esposa, la argentina Máxima.
La seguridad de la heredera del trono de Países Bajos fue reforzada en septiembre pasado ante la posibilidad de que estuviese en la mira del crimen organizado.
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La pareja real declaró a la prensa de Suecia que la situación de su hija mayor “tiene enormes consecuencias para su vida”. Al no poder moverse con libertad, se pierde “la vida que tienen otros estudiantes; va a la universidad y ya está”. La reina destacó que está “muy orgullosa por la forma en que Amalia lleva la situación”.
Por su parte, el rey Guillermo calificó la situación de “muy dura” la situación. “No se puede describir. No es agradable ver a tu hija en estas circunstancias”, añadió la reina.
El diario De Telegraaf ya apuntó en septiembre que “en mensajes encriptados del crimen organizado sobre un supuesto ataque o bien un secuestro, se hacía referencia a la princesa y al primer ministro, Mark Rutte”. En ese momento, el RVD señaló que la joven ya no vivía en el piso de Ámsterdam y la situación se estaba investigando.
La princesa Amalia estudia un grado de Políticas, Psicología, Derecho y Economía en la universidad de Ámsterdam. Planeaba vivir con unas amigas en una casa alquilada por sus padres situada en la zona de los canales de la capital holandesa, pero no ha podido mudarse.
Al conocer las declaraciones de los monarcas, el primer ministro señaló que las noticias “son terribles”. “Nuestros servicios de seguridad trabajan día y noche para garantizar la seguridad de la princesa”, agregó la ministra de Justicia, Dilan Yesilgöz.
Según De Telegraaf, las amenazas habían surgido del entorno de Ridouan Taghi, la principal figura del crimen organizado en Países Bajos. Está encerrado en una prisión de máxima seguridad situada en Vught, y es sospechoso de estar involucrado al menos en una decena de asesinatos relacionados con el tráfico de drogas.
En septiembre, se le prohibió tener contacto telefónico durante tres meses con los miembros de su familia que viven en el extranjero.
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