Frente Para la Victoria de Bolivia disolvió su alianza con Evo Morales, dejándolo sin apoyo electoral

El partido político Frente Para la Victoria (FPV) en Bolivia anunció la ruptura de su alianza con el expresidente Evo Morales, quien no cuenta con respaldo para las elecciones presidenciales del 17 de agosto. El dirigente Eliseo Rodríguez confirmó esta información a los periodistas, mostrando el impacto de esta decisión en el futuro político de Morales.

Rodríguez destacó que esta ruptura pone fin a un acuerdo que se estableció recientemente en febrero, posterior a las declaraciones de Morales, quien afirmó estar asociado a 'otro partido' con el ánimo de competir nuevamente por la presidencia en un cuarto mandato.

“Nos sorprendieron sus declaraciones sobre contar con otra organización política para competir. Nosotros, por nuestra parte, continuamos preparándonos para participar”, manifestó Rodríguez, explicando que el FPV está considerando participar en solitario o formar nuevas alianzas para las próximas elecciones.

La figura de Evo Morales, quien es central en la política boliviana, se encuentra en medio de una situación incierta debido al anuncio del FPV. Este partido también enfrenta problemas legales ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE) por no haber logrado el 3% de los votos en las elecciones anteriores, lo que afecta su legitimidad y futuro.

Morales, que fue expulsado del Movimiento Al Socialismo (MAS) durante un congreso validado por el Tribunal Constitucional Plurinacional, buscaba en el FPV una plataforma alternativa. Sin embargo, la legalidad del FPV está bajo escrutinio, ya que el TSE ha iniciado un proceso de verificación sobre su estatus como partido político.

Confirmar dicha irregularidad podría resultar en la pérdida de su personalidad jurídica, complicando la posibilidad de cualquier postulación futura. Con el FPV fuera de juego y sin el apoyo del MAS, Morales carece de un partido reconocido que le permita habilitar su candidatura para los comicios de agosto.

El exmandatario, que en su momento unificó al movimiento indígena y campesino, enfrenta ahora el desafío de demostrar su legalidad en un contexto político complicado para acceder a la presidencia de Bolivia.