Vaticano
11/05/2025 | 07:55
Redacción Cadena 3
En su primera bendición dominical, el Papa León XIV hizo un llamado a la paz en Ucrania, solicitando un cese al fuego inmediato en Gaza y la liberación de los rehenes. La ceremonia tuvo lugar este domingo desde la logia central de la basílica de San Pedro, donde una multitud de peregrinos lo acogió con entusiasmo.
Desde el inicio de su mensaje, el Papa exclamó: "¡Nunca más la guerra!", en respuesta a la situación bélica actual que afecta a varios países. Las campanas de la basílica resonaban mientras la comunidad lo vitoreaba con fervor.
/Inicio Código Embebido/
/Fin Código Embebido/León XIV recordó el 80º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial, refiriéndose a la actual realidad como una "tercera guerra mundial a pedazos", en alusión a los numerosos conflictos activos a nivel global. Su mensaje reflejó una profunda preocupación por las hostilidades que continúan desestabilizando el mundo.
Además, dedicó unas palabras tiernas en honor al Día de la Madre, celebrándose en muchos países el mismo día. "Deseo un feliz día a todas las madres, incluyendo a aquellas en el cielo", expresó el Papa con visible emoción.
El nuevo pontífice también realizó una misa privada en las grutas vaticanas, junto al reverendo Alejandro Moral Antón, cerca de la tumba de San Pedro. Significativamente, León XIV presentó sus respetos en la tumba del Papa Francisco en la basílica de Santa María la Mayor, simbolizando la continuidad del legado de su predecesor.
Te puede Interesar
Nuevo pontificado
El Vaticano dio a conocer el retrato del pontífice estadounidense, quien aparece en vestiduras blancas y cruz pectoral. La relevancia de este hito radica en la cercanía con los fieles, según la institución.
El nuevo Papa
El primer papa estadounidense, Robert Francis Prevost, firma por primera vez con su nombre papal en la Biblia.
Reacción emotiva
Louis Prevost destacó que, desde pequeño, intuyó que su hermano sería el sumo pontífice, lo que resalta su vocación religiosa.
Homenaje
La visita también incluyó una pausa ante el venerado ícono de la Virgen, Salus Populi Romani, patrona de Roma, donde el Papa buscó intercesión y fortaleza.