Bergoglio habló con los periodistas que volaron con él.

La era de Francisco

El Papa afirmó que las críticas en EE.UU. son un "honor"

04/09/2019 | 23:55 | Lo dijo en el avión que lo llevó a Mozambique. Fue al recibir de regalo un libro sobre los virulentos ataques de los círculos y medios católicos ultraconservadores de la potencia norteamericana.  

"Los ataques estadounidenses contra mí son un honor", declaró este miércoles el papa Francisco, en el avión que lo llevaba a Mozambique, al recibir como regalo el libro de un periodista sobre las virulentas críticas de los círculos católicos ultraconservadores de Estados Unidos.

"Esto es una bomba", dijo el papa argentino con una sonrisa, cuando el especialista del diario francés La Croix, Nicolas Seneze, le entregó el libro, titulado "Cómo Estados Unidos quiere cambiar al papa".

Una declaración explosiva en el mundo católico, que el nuevo portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, se apresuró a matizar: "En un contexto informal, el Papa quiso decir que siempre considera como un honor las críticas, especialmente cuando provienen de personas autorizadas y, en este caso, de un país importante".

Seneze señaló, por su parte, a la AFP que estas afirmaciones del Papa muestran que "no tiene intención de cambiar sus ideas fundamentales".

Philippine de Saint Pierre, directora de la cadena de televisión francesa KTO, comparte esta opinión y dice que es asombroso que en Estados Unidos la mayor red televisiva católica, EWTN, "no esconde sus reticencias ante las orientaciones del pontificado".

"La declaración del Papa va a enfurecer a mucha gente en los círculos conservadores católicos en Estados Unidos, que van a continuar su campaña anti-Francisco", estima la argentina Inés San Martín, especialista de la web estadounidense Crux.

El caso Vigano

Seneze explicó que su libro "cuenta un año pasado particularmente difícil para el Papa, durante el cual un sector ultraconservador del catolicismo estadounidense intentó hacerlo dimitir".

Hace un año, en pleno viaje papal a Irlanda, el arzobispo italiano Carlo Maria Vigano provocó un escándalo al pedir, junto con otros jerarcas católicos ultraconservadores, la renuncia del Papa por encubrir abusos sexuales en la Iglesia.

Monseñor Vigano, quien fue nuncio en Washington entre 2011 y 2016, acusó a Francisco de haberse mantenido en silencio ante el comportamiento del ex cardenal estadounidense Theodore McCarrick, que acaba de ser acusado de abusos sexuales. El prelado, expulsado en febrero, era uno de los cardenales estadounidenses con más proyección internacional y fue muy influyente para recaudar fondos para la Santa Sede.

Un alto miembro de la Curia romana habla, por su parte, de un "montaje político sin fundamento real". Pero los obispos estadounidenses han puesto de relieve sus divisiones sobre el tema, reflejo de una Iglesia marcada por la polarización del debate político nacional.

El cardenal estadounidense Raymond Leo Burke, principal conspirador contra el Papa y cercano al populista Steve Bannon, juzgó entonces "lícita" una demanda de dimisión. En 2016, ya había enviado, junto a otros tres cardenales, una carta al Papa, acusándolo de haber creado confusión al permitir que algunas personas divorciadas y casadas en segundas nupcias recibieran la comunión.

Frenar las ideas del Papa

Una parte del catolicismo de Estados Unidos se opone a un Papa que "critica sin cese el liberalismo económico, condena la pena de muerte y dialoga con regímenes comunistas", analiza Nicolas Seneze.

"Los papas siempre han estado atentos a Estados Unidos, donde el dinero de los donantes es crucial para el funcionamiento del Vaticano", prosigue Seneze. En 2012, antes de la elección de Francisco, un 30 por ciento de las donaciones procedían de Estados Unidos, una cifra en retroceso.

"Existe una nebulosa de fundaciones católicas financiadas por ricos estadounidenses, que ahora levantan abiertamente fondos para frenar las ideas del Papa", según el autor.

Edward Pentin, del bimensual National Catholic Register, considera, sin embargo, un "mito total la idea de una conspiración para derrocar al Papa", y prefiere hablar de "personas sinceramente preocupadas por la dirección tomada por el pontificado".

Visita a Mozambique

El papa Francisco partió este miércoles rumbo a Mozambique, primera etapa de una gira de siete días por tres países de África y el Océano Índico golpeados por la pobreza, los conflictos y los desastres naturales.

Miles de personas recibieron al "papa de los pobres" en Maputo, la capital mozambiqueña, que se preparó desde hace días para la llegada de Francisco, 31 años después de la última visita de un pontífice, Juan Pablo II.

En Mozambique, el papa Francisco insistirá en "la paz", la "preservación del planeta" y la importancia de "renunciar a las armas", dijo el número dos del Vaticano, el cardenal italiano Pietro Parolin.

En un mensaje de video grabado antes del inicio del viaje, Francisco subrayó la necesidad de "reconciliación fraternal en Mozambique y en África, la única esperanza para una paz sólida y duradera".

En Mozambique, se espera que el Papa aborde el frágil proceso de paz del país, le devastación causada por dos ciclones este año y las próximas elecciones generales.

La visita al país, de tres días, se produce un mes después de que el gobierno mozambiqueño firmara un tratado de paz histórico con el antiguo grupo rebelde Renamo, reconvertido en el principal partido de la oposición, aunque nunca se desarmó del todo tras la guerra civil de 16 años que golpeó a esta ex colonia portuguesa.

El Papa podría abordar también la cuestión del extremismo en el norte de Mozambique, donde los ataques yihadistas se cobraron más de 300 vidas en dos años.

Buen presagio

Esta visita será un buen presagio para un país en "crisis", consideró Jaime Taimo, un estudiante de 21 años.

"Creo que con esta llegada las cosas van a cambiar [...] en el sentido de que podremos vivir en paz de nuevo, ya que hemos vivido en un conflicto constante", aseguró. "Su llegada puede traer cosas buenas", añadió.

A partir del viernes, Francisco visitará la gran isla de Madagascar, en el Océano Índico, y su vecino Mauricio, mucho más pequeño.

La elección de viajar a algunos de los países más pobres del mundo se considera como un acto de solidaridad para un religioso que estuvo muy presente en las villas miseria de Argentina.

Durante su estadía en Mozambique, el pontífice sólo tendrá tiempo para visitar Maputo, para decepción de los habitantes de Beira (centro), donde el ciclón Idai mató al menos 600 personas y dejó a cientos de miles sin hogar en marzo.

"Nuestro gran salvador"

En su mensaje de video, el Papa anticipó la decepción: "Aunque no pueda ir más que a la capital, mi corazón se une a ustedes y los abraza a todos, en especial a quienes viven en la dificultad".

Con motivo de la excepcional visita del Papa a este país de mayoría cristiana, el gobierno dedicó, a pesar de la situación, 300.000 euros para los preparativos, según el ministro de Relaciones Exteriores, José Pachecho, incluyendo la reparación de la catedral de Maputo y de calles de la capital.

Fatima dos Santos, una ama de casa de 39 años, recorrió los 1.600 kilómetros que separan la ciudad de Quelimane (centro) de Maputo para tener la oportunidad histórica de ver al papa Francisco.

"Voy al [estadio] Zimpeto para conocer al Papa, que es nuestro gran salvador", dijo Dos Santos a la AFP.

"Es la segunda vez que recibo a un papa en Mozambique", añadió Dos Santos, quien era una niña cuando Juan Pablo II visitó el país.