Día 29: el Capitán a posteriori

Diario de un confinado

Día 29: El Capitán a Posteriori

13/04/2020 | 10:40 |  

Adrián Cragnolini

Dícese de ese espécimen humano que asegura haber tenido la solución a un problema que otros ya están resolviendo, a veces dificultosamente.

- Tendríamos que haber tomado ese desvío que pasamos hace un rato.

- ¿Y ahora se te ocurre decirlo?

Ese sería el diálogo típico que identificaría al Capitán a Posteriori, caricatura de un salvador que llega tarde, del que tenía “la justa”, pero la expone cuando ya es inservible. Aunque de haberlo dicho a tiempo, probablemente sería inservible.

El Capitán a Posteriori apareció por primera vez en esta escena de la serie “South Park”. Algunos la recordarán:

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La pandemia ha sembrado de estos capitanes el escenario político español, las tertulias de radio y TV, y pululaban más modestamente por los bares hasta que la cuarentena los encerró en sus hogares.

Diputados, toreros, cantantes, celebrities de la nada, devenidos de repente en excelsos virólogos que “habrían hecho otra cosa” o lo “habrían hecho antes”, o “mejor”.

Son una variedad en pretérito del “cuñadismo” ibérico.

Ese tipo que en las reuniones familiares se pone a pontificar sobre los más variados temas, desde la decantación del vino hasta el misterio de los panes y los peces.

No me digan que a vuestro alrededor no revolotea algún experto del ridículo, cuñado o primo, socio o conocido, obsesionado por aparentar ser el sabelotodo de la reunión.

Ocurre que en España la figura del cuñado parece haber logrado la síntesis más adecuada del sabelotodo patético.

Quedan pendientes muchos capítulos del Capitán a Posteriori, estén atentos para detectarlos.

EL NANO ALGO SABÍA

Recurro a parte de la letra de “Macarras de la moral” de Serrat, para seguir definiendo en verso a estos personajes:

Si no fueran tan temibles

nos darían risa.

Si no fueran tan dañinos

nos darían lástima.

Porque como los fantasmas,

sin pausa y sin prisa,

no son nada si les quitas

la sábana.

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LOS BOMBEROS DE MI BARRIO

Son los ahora llamados “servicios esenciales”, como si alguna vez hubieran sido prescindibles. Una vez que nos hemos sacudido la pavada, estamos re-aprendiendo a valorar lo realmente valorable.

Los bomberos de mi barrio, en su escaso tiempo libre, han querido levantar la moral de su vecindario, con la modestia de sus recursos pero con la claridad que les da su experiencia.


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