Día 17: semanas de siete martes

Diario de un confinado

Día 17: semanas de siete martes

01/04/2020 | 10:15 |  

Adrián Cragnolini

Esta mañana pensé en ustedes, en los que leen este intento diario de compartir experiencias en cuarentena.

Y especialmente en los que, en aquellos tiempos “normales”, debían guardar ciertos formalismos en su vida laboral. Unos con corbata, otras con rimel.

Siéntanse implicados también aquellos que deben usar algún tipo de uniforme, sean educativo, de seguridad o de identificación comercial.

Todos ahora en la retaguardia del hogar, estrecho o cómodo, en altura o a pie de calle, en plena ciudad o en ese pueblo algo más tranquilo, nunca tan tranquilo como ahora.

-¿Cómo lo están aguantando?

-¿Cómo? ¿Lo están aguantando?

Sin pretensiones de especialista de diván, intuyo cierta resignación en los que respondan la primera pregunta. Y más bien hastío en los que se inclinen por la segunda.

Es muy probable que los primeros días de confinamiento se hayan vivido como unas vacaciones cortas o un puente largo en el que hubiésemos decidido no salir.

Qué bueno usar esa ropa informal, onda “me cago en el estilo”, dejarnos llevar por el metabolismo y no por los horarios, yendo de la cama al living sin sentir remordimientos.

Pero vienen pasando los días, ya estamos contando semanas, confundimos funciones laborales con la limpieza del baño y nos hallamos preguntándonos ¿qué día es hoy?

Y caemos en la cuenta de que estamos empantanados en un sábado permanente o en siete martes seguidos. Y así sobrellevar este recogimiento puede volverse anodino. Incluso insufrible.

No, no y no, amigos y amigas. Si vamos por ahí es que hemos perdido disciplina y variedad.

Y no digo más. Todos somos mayorcitos y me atengo al sabio refrán español “consejos vendo que para mí no tengo”.

Confío en ustedes, seguro que sabrán adaptarse.

No queda otra, porque falta menos, pero va para largo.

Y si escasean ideas, aquí Mecano les puede servir de inspiración:

/Inicio Código Embebido//Fin Código Embebido/

Hawaii-Bombay

Son dos paraísos

Que a veces yo

Me monto en mi piso

Hawaii-Bombay

Son de lo que no hay


Hawaii-Bombay

Me meto en el baño

Le pongo sal

Me hago unos largos

Para nadar

Lo mejor es el mar

Al ponerme el bañador

Me pregunto

Cuando podré ir a Hawaii


Al untarme el bronceador

Me pregunto

Cuando podré ir a Bombay

Hawaii-Bombay

Tumbado en mi hamaca


Hawaii-Bombay

Toco una maraca

Pachin Pachin

Canto una Machin


Hawaii-Bombay

A la luz del flexo

Hawaii-Bombay

Nos damos un beso

Hazme el amor

Frente al ventilador


Al ponerme el banador

Me pregunto

Cuando podré ir a Hawaii

Al untarme el bronceador

Me pregunto

Cuando podré ir a Bombay


GIMNASIA CASERA, SIN DISIMULOS

Llenas las redes de consejos para un “encierro sano”, opinan algunos que esas dos palabras no pueden ir juntas.

Marina Lobo y unos amigos lo demuestran sin ruborizarse:

/Inicio Código Embebido/

/Fin Código Embebido/

Hasta mañana!!