El valor del dólar depende más de la oferta y demanda de pesos, según economista

En un nuevo capítulo económico para Argentina, el dólar oficial registró un incremento de 50 pesos y cerró en 1.170 en el Banco Nación, mientras que el dólar blue subió 25 pesos, alcanzando los 1.210. 

Los dólares financieros también mostraron alzas, aunque el riesgo país se mantuvo estable en 720 puntos. Este escenario representa un reto más para el gobierno de los Unidos, que ha prometido a inversores en Estados Unidos una reforma impositiva y el cumplimiento de las metas acordadas con el FMI. 

/Inicio Código Embebido/

Para analizar esta situación, Cadena 3 dialogó con Aníbal Casas Arregui, miembro de la Bolsa de Comercio de Córdoba y presidente de S&C Inversiones. El experto destacó que, tras la salida parcial pero significativa del cepo cambiario, se está observando una unificación del tipo de cambio, algo que era previsible. 

“Ya no tenés una gran diferencia entre el dólar oficial, los financieros y el 'blue'. Todo tiende a un mismo precio, con brechas mínimas del 2, 3 o 4%, pero no del 30 o 40% como antes”, explicó Casas Arregui. 

El gobierno, según el analista, preparó el terreno durante las semanas previas al levantamiento del cepo, logrando que la unificación se diera en un nivel cercano a los 1.200 pesos, aunque el dólar bajó temporalmente por debajo de los 1.100 y ahora busca estabilizarse entre 1.100 y 1.200 pesos en los próximos días. “Es un valor que el gobierno pudo controlar, y ahora veremos dónde encuentra su equilibrio”, afirmó. 

/Inicio Código Embebido/

Consultado sobre si este nivel beneficia al sector agropecuario, Casas Arregui subrayó un cambio clave: “Por primera vez en años, un dólar por venta de soja es un dólar de verdad. Antes, al vender, recibías 0,70 o menos por dólar oficial. Este valor de 1.100 o 1.200 pesos es competitivo para el campo, siempre y cuando se eliminen las retenciones. Con retenciones, se complica”.

El experto también explicó que la estabilidad del dólar se sostiene en una plaza con pocos pesos disponibles y tasas de interés en alza, que superan el 38 o 40% para préstamos bancarios. “El flujo manda sobre el fundamento. No importa tanto si el dólar está caro o barato, sino que haya pocos pesos y tasas altas, lo que incentiva la estabilidad de corto plazo y ayuda a controlar la inflación”, señaló. Esta estrategia, liderada por funcionarios con experiencia bancaria en el Ministerio de Economía y el Banco Central, refleja un enfoque pragmático para corregir desmanejos previos.

Sin embargo, Casas Arregui reconoció que esta calma podría ser temporal. “Salir del cepo es una medida audaz. Te da ventajas, como un tipo de cambio único que elimina distorsiones, pero también te deja más vulnerable a ataques especulativos”, advirtió. Para mitigar esto, el gobierno cuenta con el respaldo del FMI, préstamos de organismos multilaterales y una línea de crédito excepcional ofrecida por Estados Unidos, algo no visto desde la crisis del Tequila. Además, el superávit fiscal y una política monetaria prudente diferencian este momento de crisis pasadas.

A largo plazo, el desafío será adaptar la economía argentina —acostumbrada a la inflación y a un sistema bimonetario— a un esquema de flotación más vulnerable pero potencialmente más sano. 

“No todas las industrias podrán trabajar cómodamente con este tipo de cambio. Habrá que hacer modificaciones”, concluyó el especialista, dejando abierta la puerta a un debate sobre el rumbo económico del país.

Entrevista de Luis Fernández Echegaray