La leyenda que odió al tenis

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André Agassi, la leyenda que odió al tenis

21/05/2022 | 16:00 | El mítico tenista le dio color, frescura y alegría a la disciplina. Por él, el tradicional deporte blanco se convirtió en un arco iris. Raqueta en mano, fue un auténtico revolucionario. Escuchá.

Redacción Cadena 3

Jorge Parodi

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La leyenda que odió al tenis

André Agassi le dio al tenis color, frescura y alegría. Por él, el tradicional deporte blanco se convirtió en un arco iris. Raqueta en mano, fue auténtico revolucionario.

Llegó a ser una especie de rockstar en un deporte, hasta entonces formal y solemne. Aunque pocos conocían las sensaciones que lo ahogaban por dentro. Su pecado fue padecer, en vez de disfrutar, de su condición de supercrack del tenis.

Agassi, según confesó, llegó a odiar al deporte que contribuyó a engrandecer. La presión que le impuso su padre desde niño estuvo a punto de hundirlo en la oscuridad de la depresión y de las sustancias no permitidas.

A los dos años Emanuel Mik Agassian, su papá, le puso una raqueta entre sus manos y lo obligó a ser el mejor. Para lograr el objetivo, lo llevó de pequeño a la prestigiosa Academia de Nick Bollettieri, donde debió trabajar duro y sin quejarse.

El kid de Las Vegas fue un personaje, un producto comercial, lleno de contenido. Agassi fue una caricatura de sí mismo, por sus pasos cortos, por las pelucas para ocultar su calvicie, por la extravagancia al usar pantalones vaqueros cortos para saltar a la cancha.

Agassi fue un gran campeón que que ganó todo en el tenis, pero que al mismo tiempo perdió la alegría de jugarlo. André Kirk Agassi nació en Las Vegas el 29 de abril de 1970.

En el terreno deportivo, Agassi será recordado como uno de los mejores tenistas de la historia, fue número uno del mundo durante 101 semanas y logró terminar la temporada de 1999 en esa posición; además, ganó 8 Grand Slam.

Es uno de los siete tenistas que se adjudicó al menos una vez alguno de los cuatro grandes torneos Australia (en cuatro ocasiones), Roland Garros (1999), Wimbledon (1992) y el US Open (en dos oportunidades).

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Ganó la medalla de oro en Juegos Olímpicos de Atlanta 96, el Master de 1990 y la Copa Davis en tres oportunidades.

Otro de los hitos que logró es que se convirtió en el jugador con menor edad en superar el millón de dólares en premios, tras sólo disputar 43 torneos

Su vida no ha sido tan dichosa como muchos piensan. Agassi nunca se sintió querido por el gran público estadounidense, que en mayor medida dedicaba su amor a Pete Sampras, contra quién protagonizo duelos épicos.

Agassi se convirtió en un estandarte publicitario, una bocanada de aire fresco que salpicó y revolucionó el tenis con su aspecto, haciendo trizas los cánones de ese entonces. Toda su figura quedó sometida a una frase que le estigmatizó: ''la imagen lo es todo".

En su biografía publicada en 2009, bajo el título de Open, muchas de sus verdades ocultas durante un tiempo quedaron al descubierto. Su miedo cuando saltaba a la cancha con peluca y temía que se le cayera era una de sus principales inquietudes.

En la final de Roland Garros, el 10 de junio de 1990 estaba nervioso sobre la pista. “Durante el calentamiento previo al juego recé. No por la victoria, sino por que no se me cayera mi cabello postizo, con cada salto me imaginaba que caía a la arcilla. Imaginaba millones de espectadores que se acercaban más a sus televisores, sus ojos abriéndose más y, en decenas de dialectos y de lenguajes, preguntándose cómo se le había caído el pelo de la cabeza a Andre Agassi”.

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Ese día el ecuatoriano Andrés Gómez le ganó en cuatro sets, el primer gran título de Grand Slam tendría que esperar.

El 3 de septiembre de 2006, Andre Agassi jugó su último partido como profesional del tenis. Fue en el US Open y con derrota ante el 112º del mundo, el alemán Benjamin Becker. Con un balance de 870 victorias y 274 derrotas, 60 títulos y lágrimas en los ojos

Su vida privada, siempre fue demasiado pública, más aún por sus romances. Conocida en el mundo entero por su papel en La Laguna Azul, la actriz Brooke Shields, con la que se casó en 1997, fue fundamental en un aspecto importante de la vida del jugador: su apariencia. 

Andre jugaba acomplejado por su creciente calvicie: Shields le convenció para que mostrara su verdadero apariencia ("Te sentirás liberado", le dijo) y en la boda apareció ya rapado por el peluquero personal de ella. Al poco tiempo, hizo un anuncio de una máquina cortadora. La relación apenas duró dos años y le hizo perder el interés por el tenis, por lo que cayó al puesto 141 del ranking. "No era feliz como número uno, me siento mejor ahí abajo", llegó a comentar. 

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Todos sus males afloraron en aquellos años. Tomó metanfetamina y dio positivo en un control de la ATP, que sin embargo no le sancionó al escuchar sus alegaciones (Agassi confesó, años después, haber mentido al decir que fue por un error de un miembro de su equipo).

Fue el tenis, que tanto odiaba el que lo acercó al amor y a la posibilidad de construir una familia, cuando formó pareja con la tenista alemana Steffi Graf.

"Juego al tenis como medio de vida pese a que lo odio, lo odio con una pasión secreta y siempre lo he hecho", esa es una frase que quedará para la posteridad, aunque también su legado como un jugador rebelde, irreverente y simpático.

André Agassi ya es una leyenda del tenis. El Kid de Las Vegas le puso colores al deporte blanco. Ganó todo y en todos los escenarios. Le prestó su imagen a las marcas más prestigiosas y recaudó una fortuna. Padeció las presiones de su padre y llegó a aborrecer al tenis. Cayó en la depresión y probó sustancias prohibidas. Con Brokk Shields conoció el brilló y el glamour de las estrellas de Hollywood.

Pero fue el tenis al que llegó a odiar y una tenista: una de las mejores de todos lo tiempos, Steffi Graff, quienes le dieron el amor y la familia que su vida de novela necesitaban.

Es que tanto talento, tanto dolor y tanta gloria merecían un final feliz.

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