Frigoríficos

Según Víctor Tonelli:

"Las exportaciones reales fueron 720 mil toneladas"

28/01/2022 | 09:06 | El analista ganadero salió al cruce de las declaraciones del ministro Domínguez, enfatizando el impacto negativo del cepo para toda la cadena, menos para el sector exportador.

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Luego de la reunión del Consejo Federal Agropecuario (a la que no asistieron las entidades del campo), el ministro Julián Domínguez hizo declaraciones, defendiendo los cepos a la exportación. “Es una obligación moral, porque le permite acceder a los argentinos el acceso a bienes que se producen en el país", sostuvo. “Parece un contrasentido que en el año que hubo un récord de exportaciones, se hable de cepo”, insistió el funcionario.

Sin embargo, no sólo no hubo récord de exportaciones, sino que en 2021 se vendió al exterior menos carne que en 2020. Al menos, así lo sostuvo Víctor Tonelli, analista ganadero.

En diálogo con EL CAMPO HOY, aclaró que las exportaciones de carne vacuna durante 2021 estuvieron fuertemente impactadas por el cepo o la intervención del mercado.

Según analizó, lo primero que hay que aclarar es que "no se exportaron 805 mil toneladas como dice el gobierno, sino que hay que restarle el hueso, que si se lo sumara, lo estaríamos sumando dos veces, por lo que las exportaciones reales fueron de 720 mil toneladas, un 20 % menos que en el año 2020".

 Y en función del ritmo que llevaban, hasta que se puso en marcha el cepo, podríamos haber alcanzado casi un millón de toneladas.

Traducido en números, el lucro cesante por la pérdida eventual de exportaciones supera las 200 mil toneladas largamente, y podríamos decir que en ese sentido, Argentina dejó de exportar y de introducir dólares genuinos por cerca 1.000 millones de dólares. Si a esto se le suma la creación de puestos de trabajo y de riqueza que esas exportaciones generan, la suma sería todavía mucho mayor.

Adicionalmente, perdieron los productores, mientras que los exportadores capturaron casi un 40 % de precio desde que se puso el cepo hasta fin de año, los productores percibieron apenas una cuarta parte de ese beneficio, por lo que quedaron muy golpeados por lo que recibieron por la venta de su ganado.


Perdió también el consumidor, porque finalmente a fin de año el precio de la carne (pese a todo lo que se hizo) aumentó hasta un 35 % con respecto al mes de abril (último mes sin intervenciones) mientras que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) ni siquiera superó el 30 %, Es decir que la carne, pese a todos los desaguisados, subió por encima que la inflación.

En definitiva, por supuesto, perdió el país. Generando un fuerte des estímulo a la inversión, una fuerte falta de seguridad o de daros concretos de cómo seguir. Y va a implicar un alargue de las invernadas, una bajada de brazos, y por supuesto, un impacto en el 2022 y 2023.

 Una decisión de fuerte pérdida que lamentablemente, por el discurso del ministro Domínguez, parecería no haber sido considerado como tal en el seno del propio gobierno. Y quien con considera un error difícilmente lo corrija.