Rumbo incierto. La sequía demoró los servicios. (Fotos gentileza Franco Romero).
Escenografía. El monte formoseño configura un paisaje muy particular.
Hacen lo que pueden. La policía provincial trabaja con medios escasos.
Tierra de nadie. El abigeato y el contrabando de hacienda son moneda corriente.
Al amparo de la noche. Las incursiones del lado paraguayo están fuera de control.

Formosa, provincia asolada

Ganadería en el Far West argentino

04/11/2022 | 06:41 | Contrabando, abigeato y atentados contra la propiedad, son la moneda corriente para los productores grandes y pequeños de una provincia que tiene que convivir con una realidad cada vez más difícil. 

Redacción Cadena 3

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Oscar Jure (Pte. Soc. Rural Formosa)

"En la provincia hay cosas diferentes en cuento a la inseguridad", le detalla Oscar Jure, presidente de la Sociedad Rural local, a EL CAMPO HOY.

Lo aclara en referencia a lo ocurrido días atrás en la Estancia "Clarín", donde la policía abatió a dos delincuentes que abrieron fuego en el marco de un intento de robo de hacienda.

"Una cosa  es sobre el Río Paraguay, un río grande y profundo. Allí permanentemente hay incursiones de parte de Paraguay con lanchas, con botes a remo, pasan el río de noche. Vienen con armas largas, 4 hasta 10 personas, matan a balazos a los animales y los cruzan. Vienen a remo y prenden los motores para rajar. Eso pasa durante todo el año. Los productores sufren las incursiones de los paraguayos dispuestos a todo", explicó.

Según el ruralista, hoy con lo que vale la carne en Paraguay siempre es un delito atractivo para ellos. "En esta época de seca con el río más bajo, bajan y caminan, en épocas de inundación ingresan por los riachos, y en todas las fronteras de la provincia, es un problema permanente. Esto saltó porque justo había una patrulla que tuvo que repeler y hubo tiros", admite.

Después está la frontera sobre el Río Pilcomayo, que está seco, es un riacho que no prácticamente no existe más, es una frontera seca, y allí hay incursiones de todo tipo. "Ahí el problema fronterizo es mucho más difícil, porque las fronteras son más fáciles de cruzar, y hay gente que ingresa hacienda de acá para allá".

Por último, explica que también está el delito "tradicional". "En la parte continental está el delito del abigeato que es permanente: entran en la época de seca haciendo un fuego, se rompen los alambres, la hacienda se desparrama, falta hacienda, esa es una cosa permanente también, que ocurre en otras provincias".

Trabas de todo tipo 

Jure reconoce que la policía hace lo que puede, pero que la justicia no funciona como debiera. "Las personas arrestadas salen al otro día, y uno tiene que estar alerta viendo a ver qué pasa, es algo grave para Formosa, y no solo lo sufren los productores grandes, sino lo que tienen poca hacienda, En algunos lugares tienen que encerrar todos los días los animales en los corrales al lado de su casa, productores con 50 animales, porque sino los pierden".

También sostiene que esto no es de ahora, pero se va agravando cada vez más. "Como en Argentina el poder judicial está deteriorado y los jueces tienen menos leyes y menos posibilidades de actuar, sale más rápido el delincuente, que el tipo que hace la denuncia, es algo común en nuestra Argentina no solo en los temas de delincuencia rural, sino en todas las actividades".

Jure expresa que hoy hay mucha diferencia de plata entre las cosas acá y allá, y el contrabando es terrible, en materia de carne, de cubiertas y esa diferencia económica lo agrava y hace que sea muy atractivo el contrabando.

El impacto de la seca 

"Venimos de 3 años de sequía en la provincia pero cayeron dos lluvias con acumulados arriba de 100 y hasta 200 mm sobre la costa del Paraguay. La verdad es que ahora cambió el ánimo de los productores, y creo que vamos a pasar una primavera bastante normal pareciera. Los pronósticos no eran buenos, pero estas lluvias espero que nos ayuden un poco más hasta fin de año. Pareciera que en enero febrero se normalizarían las lluvias".

Finalmente, reconoce que se vendió mucha hacienda "porque la gente no la podía aguantar, se quedaron con los vientres, y tendremos un tiempo para poder recuperar toda esa hacienda que se fue, muchos tuvieron que malvender, con precios que no se mueven hace 4 o 5 meses".

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Así lo propuso un grupo de productores que busca herramientas para combatir un fenómeno que no para de crecer: la delincuencia desatada en las áreas rurales.