Diego Pérez y la receta de un nuevo comienzo: de despedido a dueño de su fábrica

Cuando Diego Pérez perdió su trabajo en una financiera en 2022, se encontró ante una encrucijada: recomenzar.

Lo que en principio parecía un golpe difícil de asimilar terminó convirtiéndose en el impulso para iniciar un proyecto propio.

“A mí me encanta amasar”, recordó. Esa pasión, que hasta entonces solo compartía con amigos y compañeros de trabajo, comenzó a tomar forma de idea concreta: un emprendimiento gastronómico.

Con parte de la indemnización y algunos ahorros, Diego abrió en 2023 su propio local: Pasta Amada, en La Rioja 1108. Allí no solo ofrece pastas frescas, sino también empanadas, pizzas, vinos y conservas. “Armamos este espacio y fuimos aprendiendo poco a poco”, cuenta.

La Escuela de Oficios, el ingrediente que faltaba

Aunque tenía talento y entusiasmo, Diego admite que no sabía cómo administrar un negocio. “Nosotros queríamos hacer muchos sorretinos, ravioles, tallarines, ñoquis… pero la parte de la organización no la teníamos clara”, reconoce.

Fue recién a principios de 2024 cuando conoció la Escuela de Oficios de la Universidad Nacional de Córdoba, donde se inscribió en el curso de Gestión de Emprendimiento Gastronómico.

Ese fue, según él, un punto de inflexión. “Me vino bárbaro para ordenarme, para saber en dónde estaba pifiando. La Escuela me instrumentó para sacar bien los costos, los procedimientos, estandarizar recetas y mantener siempre la calidad”, explicó.

Lo que hasta entonces era intuición y ganas se transformó en un proceso profesional y sostenible.

Vivir de lo que se amasa

Hoy, Diego y su compañera viven de Pasta Amada. “Por suerte sí, vivimos de esto”, afirmó con orgullo. Aunque reconoce que las ventas dependen del clima y de otros factores, el local logró consolidarse gracias a la organización y la planificación aprendidas.

El menú incluye productos caseros y artesanales que ya ganaron clientes habituales:

Sorretinos (15 unidades): $9.000

Ñoquis (1 kilo): $8.500

Tallarines (1 kilo): $7.500

Ravioles (30 unidades - 3 planchas): $9.000

Además, ofrece una línea de pastas gourmet, que amplía su propuesta y distingue al negocio.

Un emprendimiento con identidad propia

Pasta Amada no es solo un local: es el resultado de una transición vital, de la necesidad de reinventarse y del valor de capacitarse.

“Teníamos mucha pasión, pero no sabíamos cómo llevarlo adelante. Hoy sí”, dice Diego, con la misma sencillez con la que amasa cada producto.

Informe de Celeste Benecchi