Arrancó la Primera Nacional, lo mismo de siempre pero nuevo

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Arrancó la Primera Nacional: lo mismo de siempre pero nuevo

17/08/2019 | 14:46 |

Debutó la competencia de la nueva segunda división del fútbol argentino. El torneo más importante del ascenso ya no lleva una letra que simbolice su categoría. Llevará un tiempo acostumbrarse.

Mauricio Coccolo

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Lo mismo de siempre, pero nuevo. 

Lo primero que hay que hacer con la nueva segunda división del fútbol argentino es aprender el nombre. Ahora se llama Primera Nacional. Llevará su tiempo acostumbrarse a no ver una letra -en este caso la B- que simbolice como históricamente ocurrió en nuestro país a la categoría de la competencia.

No es una idea muy original cambiarle el nombre al torneo más importante del ascenso argentino, de hecho se trata del octavo cambio de la historia desde aquel lejano “Segunda División”, con el que nació en 1899, hasta el más reciente de “Primera B Nacional” que muchos todavía confundían con el de “Nacional B”, que fue la denominación adoptada en la temporada 86/87 para reemplazar a la tradicional “Primera B” e introducir a los clubes del interior en la competencia.

Desde aquella reestructuración impulsada por Grondona a mediados de los 80, la segunda categoría se convirtió en un campeonato federal e imprevisible en el que cualquier cosa puede pasar. Cada tanto aparece algún equipo que desfila desde la primera fecha, pero incluso para los grandes caídos en desgracia como River, Independiente o Central, siempre fue muy difícil ascender.

La Primera Nacional, a la que innecesariamente Claudio Tapia quiso inflar para ponerla en un lugar que –está de más discutirlo— no ocupa, tiene el atractivo de ser un torneo parejo con muchos favoritos y otras tantas incógnitas. Es muy habitual encontrar, con el campeonato avanzado, a muchos equipos separados por pocos puntos en la tabla y eso le agrega a cada partido una cuota extra de emoción.

En la temporada que está por comenzar se volverá al sistema ya utilizado de las dos zonas, serán 16 equipos en cada una y jugarán en total 30 partidos en dos ruedas. Los ganadores de cada grupo se enfrentarán en una final, en estadio neutral, para resolver quién se queda con el primer ascenso a la Superliga. El segundo ascendido saldrá de un reducido que disputarán, desde cuartos de final, del 3º al 4º de cada zona. En el otro extremo, después de más de tres décadas dejaran de usarse los promedios para definir los descensos y perderán la categoría los últimos de cada zona, sin importar la afiliación.

El movimiento de ascensos y descensos entre las divisiones provocará que la Primera Nacional pase de 32 a 36 participantes en la temporada 20/21. A la Superliga subirán dos y bajaran tres, mientras que desde la B Metro y el Federal A ascenderán un total de cinco equipos, con dos descensos. En definitiva, serán cuatro clubes más porque se van a ir cuatro, pero llegarán ocho. Matemática pura.

Lo que parece un detalle menor, y tentador porque hay más ascensos que descensos, se convertirá en un problema a futuro. En el fútbol, como en el mundo, todo lo que sube tiene que bajar. No está claro cómo, ni cuándo, pero la categoría volverá a tener 20 —o 22— participantes y eso significa que si no se la divide entre afiliados directos por un lado e indirectos por el otro, podrían llegar a producirse desde 6 hasta 8 descensos en las próximas temporadas.

El campeonato tendrá partidos de jueves a martes, lamentablemente no podrá ofrecer uno de los atractivos más interesantes que hay en cualquier torneo del mundo: los clásicos. Por cuestiones de seguridad, embarradas con los intereses políticos, los clubes y los hinchas se perderán la posibilidad de vivir esos duelos tradicionales que siempre suman una cuota de adrenalina y un buen ingreso económico.

Por historia y presupuesto, el grupo de los grandes de la categoría incluye, además de Tigre y Belgrano, a Ferro, Nueva Chicago, Platense, San Martín de San Juan, Almagro, Atlético de Rafaela, Chacarita, Gimnasia de Jujuy, Instituto, Quilmes, Atlanta, Gimnasia de Mendoza, San Martín de Tucumán y Sarmiento de Junín. Son al menos 16 de los 32 clubes. No debe haber campeonato en el mundo que tenga a la  mitad de los participantes como potenciales ganadores.

Afinando el lápiz de las presunciones, aparecen al menos de ocho candidatos firmes para pelear por los ascensos. En la primera línea se ubican los cuatro descendidos de la Superliga: Tigre, San Martín de San Juan, Belgrano y San Martín de Tucumán. Que además contarán con una ventaja importante: conservan el dinero que recibían cuando estaban en la máxima categoría.

El caso de Tigre será histórico e inédito porque por primera vez un club de segunda de Argentina jugará en simultaneo la Copa Libertadores. Del equipo base que ganó la Copa Superliga, Gorosito perdió a Fede González, Lucas Menossi, Janson y Cavallaro entre otros, pero recaudó en ventas más de 5 millones de dólares y apostará por un rápido regreso.

En la lista de los que están obligados a pelear por el ascenso aparece Belgrano. Después de ocho años en Primera, el club de Alberdi buscará resurgir de la mano de Alfredo Berti y con la contratación de algunos nombres importantes para la categoría como Pablo Vegetti, Hernán Bernardello, Tito Noir y Enrique Broja. El desafío de los Piratas será atravesar con solidez la peor crisis deportiva de la última década.

En el mercado de pases de la Primera Nacional hubo muchas transferencias que hicieron ruido, entre las más resonantes se destacan: Pablo Ledesma que jugará para Alvarado, Carlos Carbonero (aquel que fuera campeón con River) llegó a Ferro, el Cata Díaz arregló con Nueva Chicago, Clemente Rodríguez, Facundo Oreja y Mauro Matos se sumaron a Barracas Central, el Pichi Mercier pasó de Atlético a San Martín, en Tucumán, y Matías Defederico será refuerzo de Agropecuario.

Otro detalle típico de la categoría son las sorpresas, tanto arriba como abajo. En las últimas temporadas equipos históricos contaron centésimas y otros no tan tradicionales estuvieron cerca de lograr la hazaña como Brown de Adrogué o Agropecuario de Casares.

Quiénes subirán a la Superliga desde la nueva vieja Primera Nacional es algo tan complejo de suponer como atractivo de imaginar. Se viene la categoría más pareja y difícil del fútbol argentino, con todo lo que ello implica.