Cuenta pendiente: por qué esta vez sí podría volver Cervi a Central

Siempre fue una certeza, un rumor recurrente que reaparecía con el ritmo cíclico de los mercados de pases. La idea de que Franco Cervi, el volante surgido de las inferiores canallas, volvería a vestir la azul y oro de Rosario Central, era una historia que se repetía cada seis meses, casi un clásico del periodo de transferencias. Central, con una tozuda fidelidad, siempre mostró la propensión de querer recontar con sus servicios. Y Cervi, desde la distancia, alimentaba la esperanza con frases calculadas: "no es el momento, pero falta muy poco".

Ese "muy poco" podría estar a punto de expirar. El escenario actual pinta un cruce de caminos más realista que nunca. El año de Cervi en el Celta de Vigo no ha sido bueno. A sus 31 años, el futbolista ha perdido lo más valioso para un deportista de alto rendimiento: la continuidad. El ritmo se diluye en la banca, y la falta de minutos es una condena que él y el club español parecen dispuestos a levantar de común acuerdo. Su contrato, vigente hasta mediados de 2026, hoy se lee más como un trámite por resolver que como un proyecto a futuro. Ambas partes coinciden en que es momento de un punto final.

Es aquí donde la ecuación cambia para Central. Lo que antes era un deseo romántico, ahora se presenta como una oportunidad concreta. Cervi no viene en la plenitud de su cotización europea, sino con la necesidad imperiosa de reencontrarse con el juego, con la confianza y con una camiseta que lo haga sentir protagonista otra vez. Y Central, justamente, puede ofrecerle eso en abundancia.

La agenda del club canalla es un elemento de seducción poderoso: Copa Libertadores, Copa Argentina, Liga Profesional, Supercopa Internacional. Es un calendario apretado que demanda rotación y jerarquía en el plantel. Cervi conoce el club, conoce la presión y la pasión, y podría ser un recurso valioso para un equipo que pelea en varios frentes. A esto se suma el factor Di María y ese proyecto deportivo que busca reinstalar a Central en un lugar de privilegio, un imán para cualquier exjugador que lleve el club en el corazón.

Claro, la definición no es automática. La palabra de Almirón será fundamental. Se necesita un técnico que lo vea como una pieza útil dentro de su esquema, no como un capricho nostálgico. Y luego está la siempre decisiva política económica. El acuerdo deberá ser viable para las finanzas del club.

Pero por primera vez en mucho tiempo, los obstáculos parecen menores. Los caminos de Franco Cervi y Rosario Central, tras años de paralelismos y casi encuentros, parecen estar convergiendo hacia un mismo punto en el mapa. No es solo el deseo de un club o la añoranza de un jugador. Es una necesidad mutua que, esta vez sí, podría hacer que la certeza se convierta en noticia.