Central y el peso de ser candidato

Rosario Central se encuentra ante un nuevo desafío: no solo debe jugar, debe hacerlo como favorito.

Esa etiqueta, tan codiciada por algunos y tan pesada para otros, ya está colgada sobre la camiseta canalla en estos octavos de final. No la puso el azar ni la prensa: se la ganó con una campaña sólida, 35 puntos que no son casualidad. Ahora, el reto es estar a la altura.

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Ariel Holan, consciente del momento, trabaja más allá de la táctica. Su tarea, por estas horas, tiene tanto de psicólogo como de entrenador. "Concientización", es la palabra clave. Porque jugar como candidato implica asumir el protagonismo, lidiar con la presión y no ceder ante el vértigo de la expectativa ajena.

El armado del equipo parece fluir con naturalidad. Salvo imponderables físicos —como la molestia de Mallo, quien se espera llegue en condiciones—, Holan tiene una base firme. La defensa, con Braun, Coronel y el regreso esperado de Mallo, se completa con Quintana, Sández e Ibarra.

El mediocampo se sostiene en Navarro, otro hallazgo del DT, y se potencia con Malcorra, el alma del equipo. Santi López aparece como la joya en crecimiento, mientras la incógnita Campaz sigue en duda. Arriba, Copetti carga con la responsabilidad del gol.

El Gigante de Arroyito ya palpita una jornada especial. La venta de entradas prioriza a los socios, el termómetro de una ciudad que respira fútbol con intensidad y que sueña en grande. Porque sí, la palabra es sueño. Pero también lógica: Central ha hecho más méritos que su rival (Estudiantes de La Plata). Y si el fútbol fuera justo —sabemos que no siempre lo es—, el equipo de Holan debería avanzar.

Sin embargo, este deporte no entiende de merecimientos previos. Por eso, en Central se preparan paso a paso. El sábado es la primera estación de un viaje que muchos imaginan largo. Lo que está claro es que Central ya no puede esconderse: todos lo ven como el candidato.

Ahora le toca demostrarlo en la cancha.