Alé recordó los duros momentos que vivió en 2015.

Sobre el brote psicótico

Matías Alé: "Sentía que Florencia Peña era la Virgen María"

13/10/2019 | 14:43 | El actor fue uno de los invitados del programa Podemos Hablar y brindó detalles del episodio que sufrió en 2015 por el que estuvo internado. "La locura potencia lo que sos", dijo. Video.

Matías Alé generó repercusión como invitado el pasado sábado en el programa Podemos Hablar, conducido por Andy Kusntezoff, donde brindó detalles del duro brote psicótico con delirio místico que sufrió en 2015.

“Si yo no hubiera pasado por eso me hubiera pasado algo peor. La locura es como que potencia lo que sos: si sos buen pibe, potencia tu bondad. Si sos un garca, al revés. A mí me potenció en que de un día para el otro me sentí el Espíritu Santo, sentía que era Dios. Como que sentía que tenía una conexión directa con el chabón de arriba”

Alé recordó que estuvo internado por 45 días y que luego volvió a la clínica por una recaída. En ese contexto, revivió uno de los momentos de inestabilidad que vivió cuando participaba del programa La Peluquería de Don Mateo en 2016, junto a Florencia Peña, Marley y Jey Mammon.

“Sentí que Flor Peña era la Virgen María, te juro por Dios. De repente es como que el CPU se te tilda y vos crees que esta es la realidad. Estaban Flor, Jey Mammon y Marley, entonces yo sentía que tenía que cuidarla a Flor porque los que estaban grabando conmigo la podían lastimar. Ella era la Virgen María, Marley era el Espíritu Santo y Jey Mammon era un Arcángel. Marley era el Espíritu Santo, yo era Dios y Flor era la Virgen María”, describió.

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Sobre el episodio, agregó: "Estaba perseguido, cuando fui a grabar no tenía le letra. En la letra yo hablaba de Dios, no hablaba de mí. Decía ‘chicos, no importa lo que yo hago, yo tengo una misión acá’. Y Flor me decía ‘¿querés que grabemos más tarde?’ Nos habíamos disfrazado de Batman y Batichica, entonces la cuidaba, que no se tropiece, que no se le caiga un tacho en la cabeza. Y después, bueno, no me acuerdo cómo terminó, porque yo no estaba tan consciente”.

El artista consideró que "volverse loco no es para cualquiera" y que la locura bien tratada "es maravillosa". Sin embargo, señaló que no estaba "haciendo apología de la locura", pero que si pudiera elegir vivir de nuevo lo que le paso, lo haría.

Y rememoró los primeros momentos en los que se vio afectado, en un evento de productos de belleza por el que estaba contratado: "Había una cola de tres cuadras, entonces dije ‘vinieron a verme a mí, soy un profeta, soy el predicador’. Entré y me dieron un camarín. A partir de ahí, cada vez que subía al escenario, en vez de hablar de los productos de pelo yo hablaba de Dios, y la gente me escuchaba. La gente me empezó a seguir, yo bajaba del escenario, iba caminando por los distintos stands y las viejas me seguían. Entonces me daban el aerosol y venían las señoras y yo les tiraba en la cara. ‘Tirame, Alé’, como si fuera el agua bendita”.

Finalmente, Alé subrayó que las personas que sufren situaciones similares deben "buscar ayuda profesional" y sostuvo que se sabe "que después te estigmatizan".