Carlitos Balá: "El cariño de la gente es interminable"

Carlitos Balá, que cumplió 90 años, señaló en diálogo con Cadena 3 que los cambios en la niñez son "acelerados", criticó el uso excesivo del celular, calificándolo como un "vicio", y aclaró que su humor es "sano y familiar" y que "no necesita de malas palabras para hacerlo".

“Voy tirando, hay que cuidarse, tomar los remedios. Yo soy atendido por la Fundación Favaloro. Me revisan todo. Con la gente es recíproco el cariño, me saludan por la calle. Es interminable gracias a Dios", contó "Carlitos".

“Son un poco acelerado los cambios en la niñez, no sé si estamos preparados. El chico evolucionó mucho, está demasiado avivado, pero no hay que dejar el respeto por los padres, por los abuelos. No había televisión ni celulares, y es como un precipicio, para mal y para bien, hay de todo”, opinó.

El humorista también se refirió al uso de los teléfonos celulares: "Veo a la gente caminando por la calle con el celular prendido, manejando con el celular. Es un vicio el celular, para hablar pavadas no es el celular”.

En relación al origen de sus clásicas frases, destacó: “Improviso mucho, me encanta, la gente me regala mucho también. Yo la agarro o la perfecciono, me gusta. Si vos me decís buen día yo te digo "pero fresco para chomba". Es continuo”.

“Yo me considero un cómico de la familia de cualquier país, puedo hacer vida en Colombia, Ecuador. Cuando me presentan uno que viene de Ecuador, le pregunto que gusto tiene la sal. Busco la forma de hacerlo reír. Lo mío es universal, en toda América, en cuestión de tiempo es el personaje", añadió.

Por otra parte, aclaró que por su estilo de humor no dice malas palabras. “Es mi estilo, sanamente y en familia, no preciso de malas palabras. Te puedo decir "¿Qué le dijo el tomate a la lechuga? Te espero en la ensalada. ¿Y si el tomate es pelado, porqué no le pone peluca?”, comentó.

“A los chicos, les digo que no dejen de estudiar, y que respeten a sus padres y abuelos", remarcó.

“Mi niñez fue muy linda, muy divertida, era de hacer chistes, en el barrio, en el colectivo, y así. Yo me crié en Chacarita, me hicieron una imagen a tamaño natural y la gente saca fotos", sostuvo.

"Éramos pobres, mi papá era carnicero en el barrio, yo hacía repartos y no ligaba propina porque era el hijo del dueño. Yo hacía teatritos de madera, con cajones de fruta. Una vez me encontré una máquina de cine, la armé, le puse luz, pero nunca vi como terminó la película, no me alcanzaba la guita", recordó.

“Recibí varios llamados, entre ellos el del Papa. Creí que era una cargada de los muchachos. Me llamó, me deseó felicidades, que sabía que cumplía 90 años. Él me dijo que se río mucho conmigo. Es muy humilde, y al final me dijo que rece por él. Yo creí que era una cargada, no perdió el argentino en el habla”, precisó.

“A los padres les digo que quieran a sus hijos, que no se peleen delante de ellos y que les den mucho cariño. Les agradezco el cariño a todos. Pasaron muchos años, yo agradezco el cariño que me dan, que he sembrado, y ahora gracias a Dios lo estoy cosechando”, aseguró Balá.

Entrevista de Una mañana para todos.