“Podemos crecer en la economía del conocimiento”

ROBERTO CORTÉS CONDE

“Podemos crecer en la economía del conocimiento”

09/05/2019 | 10:23 |

El académico consideró que en el sector de la tecnología Argentina puede ser competitiva, como en el campo, Vaca Muerta y el litio. Pero hay que cambiar la educación, afirmó.

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–Uno de los problemas estructurales de Argentina es que no alcanza a generar los dólares que necesita para producir y que esto sólo se podría revertir con un aumento sustancial de las exportaciones. Y allí aparece el problema de la falta de competitividad ¿Cómo conseguirla?

–Las exportaciones han aumentado en una forma importantísima. El agro ha hecho en los últimos diez años un cambio brutal. Inclusive ahora que dejaron hacerlo, estamos volviendo a exportar carne. 

El problema es que a usted le pida que exporte y después le saque la plata. Eso es lo que pasó en la Segunda Guerra. Se pensó que Argentina era tan rica en alimentos que el gobierno podía quedarse con una parte, transferirla al sector industrial y con ello se lo financiaba para siempre. Y lo que tuvimos en el sector agropecuario exportador durante 40 años fue un estancamiento muy grande.  

Recién a partir de los ‘60 empieza a mejorar. Y en los ‘90 viene el fenómeno de la soja.
Después vino lo que hicieron con las carnes. Con (Guillermo) Moreno se perdieron diez millones de cabezas. Y ahora estamos de vuelta exportando. Pero ¿qué pasa cuando usted traslada el precio al mercado interno? El problema es que los salarios reales, la capacidad de compra de los salarios, bajan porque en gran medida el gasto de los sectores populares es alimentos.

Y todo tiene que ver con el hecho de que usted todavía tiene un sector de la economía doméstica que es muy poco productivo y que sólo puede producir para el mercado interno. Entonces depende de las importaciones de bienes semiterminados y bienes de capital del exterior, que provee no el sector industrial sino el sector agropecuario. Y ahí tiene todas las crisis que hubo de la balanza de pagos desde la Segunda Guerra Mundial.

–¿Sólo el agro y sus sectores vinculados son competitivos? ¿Hay otras áreas en las que el país puede volverse competitivo?

–Por lo pronto la minería, con Vaca Muerta y el litio en Catamarca, en Jujuy, etc. Hay reservas importantísimas ahí. Pero hay un montón de otras posibilidades que salen del conocimiento y de la aplicación de tecnologías. Pero eso no se resuelve en un día.

Argentina crece en la época de la inmigración y del ferrocarril, que es fundamental para unir los mercados en el país. La gente que se ocupaba antes en las carretas, por ejemplo, deja de trabajar y se siente resentida y mal. Y los que llegan, los inmigrantes, se ocupan de las actividades más nuevas y son los que progresan. Un romance tan  lindo como el Martín Fierro refleja que hay una sociedad que ya terminó y otra que viene.

Ahora, nunca se da una transición sin costo. Porque hay que educar al personal. Escuché a gente que está trabajando en el litio, en el norte, y dice que necesitan personal entrenado y no lo tienen. 

Nosotros estamos preparando gente para un mundo totalmente pasado. 

Este señor que se refirió a Mercado Libre (el dirigente social Juan Grabois) no entiende el progreso económico. Que tiene sus costos también, eso no hay que negarlo. Es el desafío del mundo.

–Después de un diagnóstico tan crudo, déjenos para el final un mensaje esperanzador, por favor. Que Argentina podrá vencer las resistencias al cambio y construir un destino que le permita salir de esta decadencia económica de tantos años.

–Yo creo que posibilidades hay. No tenemos recursos naturales infinitos, todo eso del país tan rico es un cuento. Pero tenemos gente muy capaz de adecuarse, de aprender. Lo que se hizo en la productividad del sector agropecuario, con la siembra directa, eso fue realmente importante.

Lo malo es cuando usted se queda esperando que vengan a arreglar de arriba y que le caigan las cosas del cielo. Eso es una cosa que entró en la cultura y que tenemos que sacárnosla. Va a ser un esfuerzo que no sé cuánto tiempo durará. Y eso es independiente de los gobiernos.
Para para dejar un mensaje más optimista: yo creo que estamos en condiciones de adaptarnos. El problema es terminar este juego medio tramposo de quién se queda con la silla, ¿no? 

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