“El conflicto permanente traba el cambio en la educación”

MARIANO NADOROWSKI

“El conflicto permanente traba el cambio en la educación”

16/05/2019 | 08:35 |

El especialista dijo que esa es una de las causas principales del estancamiento. Juzgó que el reclamo tiene “raíces genuinas”, pero ni los sindicatos ni los políticos están a la altura de la situación

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–¿La puja salarial permanente, la exagerada conflictividad sindical y la politización de la docencia contribuyen a entorpecer o a frustrar el cambio?

–Si, por supuesto. Es un factor muy importante. Lo que pasa es que esa conflictividad tiene raíces genuinas, reales. En muchas provincias los salarios docentes están muy debajo de la inflación y de lo que tiene que ganar un profesional que trabaje razonablemente bien.

Esto de las huelgas docentes, de la manera en que están ahora, arrancó en 1988 en una huelga nacional de 42 días, durante el Gobierno de Alfonsín. A partir de ahí, ni los sindicatos docentes ni las dirigencias de todos los partidos políticos pudieron estar a la altura del conflicto.

Es esperable que haya alguna huelga docente. Pero debería ser una herramienta para mejorar, una forma de reclamo a partir de la cual se encuentre una situación superadora. El problema es que en la Argentina una huelga docente sólo predice más huelgas docentes. No es que resuelve algo, sino que justamente el problema es que ni los sindicalistas ni los funcionarios tienen la capacidad de solucionar los problemas genuinos que dieron lugar a la huelga.

–En 1970 el presupuesto educativo era del 1,4 por ciento del Producto Bruto, de la riqueza que genera el país en un año. Hacia 2015 se duplicó esa relación. Y los salaros docentes siguen siendo bajos y la infraestructura edilicia es deficiente ¿Por qué es tan improductivo el gasto en educación en nuestro país?

–A mí me parece que es una forma de medirlo que no es técnicamente sólida. Porque a veces el Producto Bruto en la Argentina sube mucho y después baja mucho. No tiene mucho sentido. La educación tiene gastos fijos. Y el problema es si se cubre o no los gastos fijos de una educación de calidad.

–Claro, pero se tiene que generar la riqueza necesaria para ello. De allí la relación con el producto, ¿no?

–Pero hay sociedades que en situaciones de crisis, donde no se genera tanta riqueza, lo que han hecho es apostar por la educación. Cuando el dinero abunda, ahí es fácil pasar una parte importante a la educación.

Mi propuesta es que justamente en los años malos se fortalezca el gasto educativo. Y ahí sí voy por supuesto a la segunda parte que usted me planteaba. Se tiene que hacer de manera eficiente, tiene que llegar a cada maestro y a cada alumno. No perderse por el camino en burocracias e ineficiencias.

Y en segundo lugar tenemos que sostener un cambio en el sistema fiscal federal de la Argentina. Repito: no puede ser que un chico por el solo hecho de ser formoseño reciba menos dinero que otro chico por el solo hecho de ser porteño. La verdad es que un chico de 7 años no tiene ninguna responsabilidad en tener una educación peor en un lugar que en otro.

–Como ejemplo de la mala asignación de los recursos suele señalarse es la cantidad de docentes designados por cada uno que se encuentra frente a un aula ¿Es el ausentismo docente una causal del problema? ¿Podría mejorarse eso, y en todo caso usar el ahorro para mejorar los salarios docentes?

–Por supuesto que es una causal. No es la única, pero el ausentismo docente es una causal muy importante.

Ahora bien, también tengamos en cuenta que en el 95 por ciento de los casos son ausencias autorizadas por la normativa. Estas son cosas que mucha gente no sabe y cree que faltan de manera clandestina. No, hay leyes provinciales que son las que amparan que, por ejemplo en la ciudad de Buenos Aires, un docente pueda llegar a faltar 28 días por año. A todas luces son muchos días y se perjudica mucho a los alumnos.

Pero eso está contemplado en una ley y eso se repite en todas las provincias.

–Claro, esa es una responsabilidad política, pero los sindicatos se resisten a revisar esos esquemas.

–El sindicato, por definición, defiende derechos corporativos. El problema es qué hacen nuestros funcionarios con eso. Me parece que no ha habido una actitud política consistente de los funcionarios, que han quedado a la zaga de la situación.

Entrevista de Carlos Sagristani

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