Por la baja natalidad, cae la demanda educativa

En Argentina, la natalidad está en picada y eso impacta directamente en la educación. Los datos oficiales del Gobierno nacional lo confirman: entre 2012 y 2023, el país registró la mayor reducción porcentual de nacimientos en Sudamérica, con una merma del 31%. En términos simples, en 2023 nacieron dos tercios de los niños y niñas que nacieron en 2012. En solo diez años, un tercio menos de chicos.

Este descenso se refleja en la matrícula escolar. No es lineal, pero se asemeja mucho: se espera un 31% menos de estudiantes ingresando al sistema educativo en los próximos años. Hoy, un colegio con 1.000 alumnos podría tener solo 700 en el corto plazo.

¿Qué hacemos con las escuelas sobredimensionadas? ¿Con los docentes? ¿Con el sistema en sí? Si hay un 31% menos de "clientes" —como se podría decir en términos gráficos para las escuelas privadas—, el impacto es claro.

Desde el lado privado, es un golpe económico: menos alumnos significa menos ingresos, y posiblemente aumentos en las cuotas. ¿Qué pasará con esos estudiantes? ¿Migrarán al sector público? Las escuelas públicas con alta demanda podrían recibir más presión, mientras otras ven caer su matrícula.

En cuanto a los docentes, el panorama es similar. La caída afecta a todas las jurisdicciones, aunque con variaciones. Tierra del Fuego lidera con un 49% menos de nacimientos: si en 2012 nacían 10 chicos, en 2023 nacieron 5. Le siguen Jujuy y Catamarca con 44% cada una. Las menores caídas están en Chaco, Santa Fe y Misiones, alrededor del 30%. No hay distancias abismales; todas las provincias sienten el peso.

• Los números son alarmantes y precisos

-Sala de 4 años: pico de matrícula en 2019. Entre 2020 y 2028, pérdida del 39% a nivel país.

-Sala de 5 años: para 2029, reducción del 45%.

-Primaria: basado en nacidos entre 2006 y 2022, caída del 28%.

-Período 2025-2030: bajada general del 27%, equivalente a 1.170.000 alumnos menos en todo el país. En cinco años, un millón 200 mil estudiantes menos de un plumazo.

Esta baja no es aislada. Si hay menos chicos, habrá menos estudiantes, menos trabajadores y menos aportantes. Por eso, el sistema previsional ya lo sufre. Además, las docentes deberán prepararse para un mundo de hijos únicos: familias con un solo niño, sin primos ni hermanos, como en China.

Con estos datos en mano, urge replantear el sistema educativo entero. Hay que ver cómo se redistribuye todo —aulas, recursos, personal— para que clases con 35 chicos no sigan siendo tan complicadas. Dependerá de la proporción y de cómo se gestione la transición.

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