Chile endurece controles: multas de USD400 a quienes compren en puestos ilegales

La comuna chilena de Providencia implementó una nueva estrategia para combatir el comercio ilegal de cara a las fiestas de fin de año: multar no solo a los vendedores clandestinos, sino también a quienes les compren. La medida forma parte de la campaña "No seas cómplice", presentada por el alcalde Jaime Bellolio, y ya generó un amplio debate público.

El municipio informó que la multa para los compradores asciende a 400 dólares, un monto considerado muy alto incluso para el costo de vida chileno. Según explicaron autoridades locales, los controles se realizan en ferias y calles donde suelen instalarse vendedores irregulares. En los operativos participan carabineros y agentes municipales, quienes piden documentación y labran actas tanto al comerciante como al comprador.

En Santiago, existen numerosas ferias barriales y, junto a ellas, proliferan puestos sin autorización. En esos espacios, cada puesto habilitado debe exhibir un sticker identificatorio, por lo que —según la alcaldía— el cliente puede reconocer fácilmente si está comprando en un comercio ilegal. Esa identificación se volvió clave para justificar las más de 92 infracciones ya aplicadas a ciudadanos que adquirieron productos en puestos no autorizados.

La decisión se apoya en un pedido de la Cámara de Comercio local, que reclamó acciones más firmes durante el período previo a las fiestas, cuando se registra el mayor volumen de ventas del año. Ante la dificultad para sancionar a los vendedores —entre ellos personas sin domicilio fijo, inmigrantes sin papeles o feriantes que se trasladan continuamente— la estrategia apunta a desalentar la demanda.

El debate también llegó a la Argentina, donde algunos municipios cuentan con facultades para sancionar a consumidores que no exigen comprobantes, aunque en la práctica la medida casi no se aplica. La polémica en Chile reavivó la discusión sobre la posibilidad de implementar controles similares en ciudades como Córdoba, donde la presencia de manteros y puestos no autorizados se ha vuelto habitual en zonas céntricas y avenidas comerciales.

En Providencia, en cambio, el objetivo es disuasivo. Con multas equivalentes a más de la mitad de un salario promedio chileno, el municipio busca reducir la compra en puestos ilegales durante uno de los períodos de mayor actividad comercial del año. Según el alcalde Veloso, la campaña busca "proteger a los comercios formales" y evitar que los consumidores "sean parte del circuito ilegal".