Rusia, campeón de su Mundial

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Rusia, campeón de su Mundial

14/07/2018 | 10:36 |

Fueron varias Copas del Mundo en una, pero el anfitrión apostó todo a la suya: revertir su imagen del "malo de la película" a nivel internacional. Y le marcó un gol a Occidente.

Marcos Calligaris

El Mundial del VAR, el Mundial de Francia, el Mundial de la Seguridad, el Mundial de Modric, Griezmann y Mbappé, el Mundial de la pelota parada, el Mundial de los arqueros, el Mundial de las sorpresas...la Copa del Mundo de Rusia 2018 fue varios Mundiales en uno, pero el anfitrión apostó todo al suyo, el de revertir su imagen del malo de la película a nivel internacional, y se lo llevó al trotecito.

Días antes del comienzo de la cita ecuménica, cuando Cadena 3 inició su amplia cobertura en Rusia, con Fernando Genesir tuvimos la oportunidad de entrevistar al periodista y escritor español Daniel Utrilla Vizmanos, afincado en Moscú desde hace 18 años, quien anticipó lo que podía significar este evento para el país eslavo.

“Rusia tiene una gran oportunidad, que no ha tenido en las últimas décadas, de abrirse al mundo y mostrarse como es y no como los medios occidentales quieren que sea”, sostuvo, y agregó: "Será la primera vez que Rusia podrá decir ‘pasen y vean, somos así'".

Hoy, con la Copa del Mundo ya como un recuerdo, se puede confirmar que Rusia aprobó con creces la organización de lo que Gianni Infantino, presidente de la FIFA, describió como el “evento social más importante del planeta”.

Pero también logró el cometido al que hacía referencia Utrilla Vizmanos: cientos de miles de hinchas de todo el mundo ingresaron al país (sin necesidad de visa, gracias al Fan ID, otra pegada rusa) y oficiaron de veedores involuntarios de cómo se transformó drásticamente la vida de Rusia desde la caída de la Unión Soviética. “Los ‘periodistas ciudadanos’, esas personas que expresan sus opiniones en redes sociales, han promovido la caída de muchos estereotipos sobre Rusia”, fue la definición de Vladímir Putin, ya con el diario del lunes.

Caro, pero el mejor

El 1 de diciembre de 2017 me encontraba en el Palacio Estatal del Kremlin a pocos metros de Infantino, de excelente relación con Putin, cubriendo para Cadena 3 el Sorteo del Mundial. Fue entonces cuando el mandamás de la FIFA lanzó en público una promesa que entonces sonaba grandilocuente (como casi todo en Rusia) : " Va a ser el mejor Mundial de la historia ". Para muchos así lo fue. ¿Pero a qué precio?.

Según el portal Mundo Deportivo, que cita al diario económico ruso RBC, en 2013 se estimó que el gasto total del Mundial sería de 10.000 millones de dólares. En 2016 se intentó reducir esa suma pero finalmente se excedió lo presupuestado y la cifra total ascendió a más de 14.000 millones de dólares (en Brasil se gastaron 11.600 millones, o para ponerlo en otro contexto, 50.000 millones es lo que el FMI le prestará a Argentina).

Pero los Mundiales pasan y las obras quedan. Seis de los doce estadios que albergaron la Copa del Mundo fueron construidos desde cero en ciudades que no contaban con recintos de semejantes características. El resto del presupuesto federal fue destinado a centros de entrenamiento, la reconstrucción de aeropuertos, el embellecimiento de los centros urbanos y la reparación de rutas en las once ciudades anfitrionas, entre otras obras.

Todo esto invirtió el Gobierno para -además de organizar un campeonato de fútbol- remarcar que Rusia está de regreso en el plano de las potencias internacionales tras la estrepitosa implosión de la URSS. Pocos años antes, en esa línea se desarrollaron los Juegos Olímpicos de Inverno de Sochi 2014, y ya geopolíticamente hablando, jugaron su papel en esa misma dirección la adhesión de Crimea (2014) o la intervención militar rusa en Siria (2015). Pero esa es otra historia.

Bajo la alfombra

Que durante las Copas del Mundo se ocultan las miserias bajo la alfombra de la pasión futbolera, no cabe la menor duda. No hay que desplazarse muy lejos en el tiempo y el espacio para toparse con la dictadura en Argentina 78, con los ‘elefantes blancos’ en Sudáfrica 2010, o las favelas en Brasil 2014, entre otros. El Mundial de Rusia no estuvo exento de hechos polémicos, como estadios que costaron mucho más que lo proyectado, estafas hoteleras o empresas constructoras que terminaron frente a los estrados.

La BBC se tomó el trabajo de enumerar una serie de eventos negativos que tuvieron lugar en el gigante euroasiático durante la Copa del Mundo; entre ellos, el envío al Parlamento de una ley que propone elevar la edad jubilatoria; una propuesta gubernamental para aumentar al 20 % el impuesto al valor añadido (IVA) a partir de enero de 2019, o la huelga de hambre de Oleg Sentsov, un director de cine ucraniano que se opone a la anexión de Crimea y quien cumple una sentencia de 20 años en una cárcel rusa por haber planeado la destrucción de un monumento de Lenin.

"Cuando termine el Mundial, el carruaje dorado volverá a convertirse en calabaza", escribió en su cuenta de Instagram Alexéi Navalny, el principal opositor del presidente Putin, quien fue liberado el mismo día que comenzó el campeonato tras haber pasado 30 días preso por participar en una protesta no autorizada.

Una vez concluida la Copa del Mundo, ya hay protestas planificadas en contra de la reforma de las jubilaciones, por lo que muchos rusos estarán pendientes de si Navalny tiene razón, agrega el medio británico.

Un gol a Occidente

Pero si tal como dejó deslizar Utrilla Vizmanos, el Gobierno local apostó a que este Mundial sirva para que ciudadanos de todo el mundo conocieran in situ la realidad del país sin intermediarios y a su regreso pudieran viralizar lo que vieron, la jugada de pizarrón salió a la perfección. “Creo que puede ser un gol a Occidente, de demostrar que [los rusos] no encajan con la imagen tan negativa que se presenta [de ellos] en los medios", había anticipado el autor de ‘A Moscú sin Kaláshnikov’.

Para muestra del resultado final basta con echar un vistazo a las opiniones vertidas por la mayoría de los hinchas entrevistados en cualquiera de los medios que se hicieron presentes en Rusia. Incluso The New York Times llegó a publicar una nota titulada ‘Rusia, un Mundial para romper estereotipos’, en la que el autor recopila la valoración de latinoamericanos que asistieron al campeonato, y en la que el argentino Diego Tornosky resume uno de los preconceptos más recurrentes entre los visitantes: “Yo vine con la idea de encontrarme un lugar viejo y soviético, y en Moscú me encontré con una ciudad del primer mundo”.

¿Lo principal que destacaron los entrevistados? El transporte, la limpieza, la seguridad y el respeto por las leyes. Es posible que lo que haya sucedido en Rusia durante el Mundial fuera un ‘shock’ entre la idea preconcebida sobre el país (en muchos casos justificada) y los profundos cambios que se produjeron — y aún se producen — tras la caída de la Unión Soviética. Y en ese sentido, el rol de los medios fue fundamental.

Medios, redes sociales y ‘periodistas ciudadanos’

El mencionado artículo del diario neoyorquino cita también al periodista ruso-estadounidense Vladímir Pozner , quien reflexiona acerca de esta doble idea en torno a Rusia, su presidente y la percepción que de ambos se tiene desde afuera: “En los últimos años, los medios de comunicación de los países occidentales y Estados Unidos convirtieron a Rusia en un lugar terrible, para ser temido, y convirtieron al presidente del país en un monstruo peor que Stalin. No soy partidario de la política de Putin, pero sé perfectamente cómo se crea una imagen negativa en los medios. La forma en que Rusia y su presidente están representados tiene poco que ver con la realidad”, concluyó.

De ahora en más, los miles de ‘periodistas ciudadanos’ del mundo que llegaron a Rusia serán los encargados de viralizar el país que conocieron, de informar de primera mano que la otrora potencia mundial está definitivamente de regreso, que el gigante euroasiático tiene más del primer mundo que del tercero, y que si resuelve ciertas flaquezas estructurales e institucionales puede convertirse nuevamente en protagonista central de la arena internacional. Si así lo planeó el Gobierno de Putin, Rusia ganó cómodo su Mundial.

¿Fue la mejor Copa del Mundo de la historia como había augurado Infantino? Será cuestión de esperar más análisis en perspectiva, pero seguramente estuvo a la altura. (Ah, ¡cierto! Los rusos también disfrutaron del fútbol. Vivieron con una pasión inédita el histórico arribo de su selección a los cuartos de final y hasta comparan al técnico Stanislav Cherchésov con el Che Guevara, gracias a su “ revolución futbolística”).