Edición 2025
29/10/2025 | 13:38
Redacción Cadena 3
La música no solo acompaña: ordena emociones, construye memoria y, como dice Darío Jalfín, “nos devuelve a casa”. Licenciado en Composición, docente universitario, pianista, productor y creador del personaje “Doctor Música”, Jalfín dejó una charla que fue mucho más que una entrevista: fue una invitación a entender la música como un lenguaje de conexión humana.
El 1 de noviembre será uno de los oradores de TEDx Córdoba, y anticipó parte de su mirada: “Estoy muy contento y honrado de haber sido convocado. La charla ya la estamos preparando. Va a ser una oportunidad para compartir algo que siento profundo: todos tenemos música adentro, solo falta descubrirla”.
Para Jalfín, la importancia de la música en la vida humana es tan inevitable como misteriosa: “La música transmite emociones desde un lugar abstracto, que va más allá de la palabra. Nos conecta con una predisposición sensible que todos necesitamos. La música nos expresa incluso antes de que sepamos ponerlo en palabras”.
En sus redes, Jalfín utiliza una metáfora que repite también al piano: la casa de la canción. Explica que, en la música tonal, todo tiende a regresar a un lugar, un “hogar sonoro”. Ese efecto emocional ya es universal: “Cuando una canción vuelve a su tonalidad sentimos alivio, reposo. Sentimos que volvimos a casa. Y eso pasa incluso sin darnos cuenta”.
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En la entrevista habló también del vínculo entre estados de ánimo y canciones: “A veces necesitamos una canción que nos levante, y otras una que nos clave el puñal. La tristeza se sostiene sola, la felicidad es más fugaz. La música nos permite habitar todo eso sin explicarlo”.
Y lo demuestra en vivo, tocando desde Radiohead hasta The Beatles y Charly García. Justamente, es Charly quien merece para él un lugar sagrado en la cultura argentina: “‘Inconsciente colectivo’ es una obra maestra. No es casual que esa canción sintetice libertad, luz e identidad argentina con algo tan simple y poético”.
Jalfín propone leer la historia musical argentina como una continuidad de tradiciones: “Sin Litto Nebbia no hay Charly ni Spinetta, sin ellos no hay Fito, sin Fito no hay Soda y así. Hay una línea emocional y creativa que va del folklore al rock nacional y al pop actual. Todo está conectado”.
Incluso defendió al cuarteto cordobés como parte de esa identidad musical: “El cuarteto rompe la lógica académica. No respeta estructuras clásicas, pero tiene algo que no se enseña: te pone a bailar. Es un género que piensa desde el cuerpo, no desde el papel. Eso es hermoso”.
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/Fin Código Embebido/Consultado sobre el auge de las reversiones, respondió con una reflexión profunda: “Estamos en una época donde si no se cuida el legado musical, se corta la transmisión entre generaciones. Versionar tiene sentido si es para sostener canciones que trascendieron. Si no, se pierde un tesoro cultural”.
Su proyecto Doctor Música nació, justamente, para combatir esa pérdida: “Empezó con mis alumnos. Yo quería que conectaran con los clásicos. Les pedía que trajeran una canción y la desarmábamos para entender de qué estaba hecha”.
Aunque el tango suele ser el candidato clásico, Jalfín prefiere pensar en otra clave: “El tango es porteño, tiene algo cosmopolita y académico. Pero si tengo que hablar de identidad argentina, me quedo con la canción. Esa mezcla de poesía, emoción y raíces que une a Mercedes Sosa, Fito Páez, Spinetta o León Gieco. Eso somos: canción”.
Cuando llegó la pregunta inevitable, "¿Quién es el Messi de la música argentina?", respondió sin caer en el juego del ranking: “En la música pasa como en el fútbol: sin Maradona no hay Messi. Las generaciones se alimentan unas a otras. No hay un solo genio, hay muchos. Y todos se necesitan para que exista una historia”.
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/Fin Código Embebido/Darío Jalfín no solo habla de música: la cuenta, la explica, la siente. Y la hace hablar con su piano. Sus videos inspiran a miles y el 1 de noviembre tendrá un nuevo desafío: subirse a un escenario TEDx para hacer pensar con melodías.
“Todo está conectado”, dijo varias veces durante la charla. Quizás por eso, para él, la música no es solo un oficio ni un entretenimiento: es un puente invisible que nos recuerda quiénes somos.
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