La cabeza de Llaryora y los tres leones de Córdoba (por Adrián Simioni)

Municipalidad de Córdoba

La cabeza de Llaryora y los tres leones de Córdoba

17/07/2020 | 14:01 | Nunca visto: el intendente está poniendo en fila a los recolectores de basura, los empleados municipales y a los choferes de colectivos.

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Sin hacer muchas olas, el intendente de Córdoba, Martín Llaryora se encamina a embocarse a las tres corporaciones que se consumieron en sueldos caros el presupuesto municipal de los últimos 20 años.

Llaryora empezó con el sindicato de la basura. Cuando asumió, el Surrbac ya estaba intervenido y en falsa escuadra, con su conducción en la Justicia. A ellos les pasó a no remunerativo el 25% del sueldo entre otras cosas. El municipio se ahorra hoy lo que evade a la Anses y se supone que los jubilados futuros del Surrbac cobrarán algo menos.

Su mayor batalla es con el Suoem. Les tiró a los municipales un sopapo tras otro, hasta atontarlos. Ahora les va devolviendo de a poco las chapas que quitó a los inspectores (implican 30% más de sueldo), las jefaturas interinas que designaba el gremio y que les quitó, algunos de los contratos que no renovó, entre otras cosas. Pero queda la reducción de jornada laboral y de salarios, y, por primera vez en muchísimos años, el retraso de la paritaria respecto de la inflación. El riesgo es que, cuando se vaya, Llaryora termine pasando a planta a los chalecos celestes y a los monotributistas que usa hoy para chucear al gremio. Atención concejales opositores. Prohíbanselo por ordenanza.

Finalmente, hoy, el Concejo Deliberante, sin deliberar nada, la va a servir en bandeja a Llaryora otro milagro de las mayorías automáticas: una ordenanza de apenas tres artículos que le permitirá modificar el sistema de transporte y otra ordenanza que le permitirá usar la Tamse y Córdoba Obras y Servicios para sustituir a las concesionarias del transporte que quiebren, se vayan retirando o sufran paros salvajes de la UTA, así como sustituir choferes. Con esos misiles en la mochila, negocia con la UTA, el otro sindicato que domina la ciudad, una rebaja salarial de verdad, una reducción horaria y cambios en la configuración de turnos para bajar costos laborales por pasajero transportado.

Llaryora se juega. De todos los ejecutivos elegidos en el país en diciembre, es uno de los pocos que no se dedicó a correr detrás de la pandemia, sino que aprovechó la cuarentena para meter la cabeza en la boca de tres leones debilitados.