Pedro Salas, el ídolo olvidado

"Los niños/bicicleta nos movíamos por General Paz en patota, como los hermanos Dalton, y con frecuencia insoportable íbamos a comprar parches a la bicicletería del campeón, en la calle Lima. No comprábamos nada, pero nos encantaba mirar los infladores norteamericanos y las 110 copas que él había distribuido entre recortes de El Gráfico. Pedro Salas tenía bigotes de ciclista de boleros, calzaba el 44 y colocaba la llave inglesa sobre un almanaque con los ojos de Amelia Bence", escribió Daniel Salzano sobre su ídolo deportivo de la niñez y quien llegó a ser considerado uno de los ciclistas más importantes del país.

Eran tiempos en que el ciclismo convocaba multitudes y atraía a la prensa, y Salas hizo lo necesario para ser cuatro veces tapa de El Gráfico. 

Nacido en Córdoba el 7 de diciembre de 1923, el pedalista ganó todo lo que se le puso enfrente.

En un nutrido palmarés que agiganta su historia se destacan su participación en los Juegos Olímpicos de Londres 1948 y Helsinki 1952, 18 títulos provinciales, tres campeonatos argentinos de ruta —uno de ellos ganado con un solo pedal—, una medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Buenos Aires 1951 y 165 competencias obtenidas, que lo llevaron a ser elegido como el mejor ciclista argentino por la Federación Argentina de Ciclismo en 1953, entre otros logros.

Tras su retiro, Salas se dedicó a atender su bicicletería en la calle Lima, convertido en una leyenda para sus contemporáneos, y prácticamente en un desconocido para las nuevas generaciones.

"¿Es verdad que para ver de cerca a Pedro Salas pinchábamos las gomas y se las llevábamos para que él en persona las parchara? Sí, es verdad", supo evocar con nostalgia Salzano.

Salas falleció el 15 de junio de 2000, a los 76 años. Y su figura sin dudas merece un mayor reconocimiento.

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