El insólito blooper de la defensa de San Lorenzo que le dio el triunfo a Tigre

La Copa Argentina, conocida por sus sorpresas y duelos impredecibles, fue escenario este sábado de un capítulo que San Lorenzo no olvidará fácilmente. En el estadio de Deportivo Morón, Tigre se impuso por 1-0 al Ciclón en los octavos de final, gracias a un error defensivo tan insólito como costoso que marcó el rumbo de un partido trabado y cargado de polémicas. 

Un blooper entre Jhohan Romaña y Ezequiel Herrera, combinado con una expulsión prematura y un arbitraje cuestionado, sentenció la eliminación del equipo de Boedo.

Corrían 24 minutos del primer tiempo cuando el encuentro, aún en una fase de estudio donde ningún equipo lograba imponerse, se destrabó de la manera más inesperada. Un pelotazo largo del central de Tigre, Guillermo Soto, buscó al delantero Ignacio Russo, quien intentó pivotear para habilitar a los mediocampistas que llegaban de frente. 

La jugada parecía controlada por San Lorenzo: Romaña, el primer central, interceptó el balón tras el toque de Russo y lo dominó cerca del punto penal, con el lateral derecho Ezequiel Herrera cerrando correctamente para respaldarlo. Pero lo que siguió fue un error de principiantes. Ni Romaña ni Herrera rechazaron la pelota; ambos amagaron con hacerlo, dudaron, y terminaron cediendo el pie, convencidos de que el otro tomaría la responsabilidad. 

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El desconcierto fue aprovechado por Héctor Fértoli, quien, con olfato de goleador, se lanzó hacia el balón sin siquiera controlarlo y definió con clase al palo izquierdo del arquero Juan Pablo Gill. 

El panorama se complicó aún más para el Ciclón antes del descanso. A los 47 minutos, Alexis Cuello fue expulsado por doble amonestación en apenas cinco minutos, ambas señaladas por el árbitro Yael Falcón Pérez. 

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El segundo tiempo no trajo alivio para San Lorenzo, sino más controversias. Tigre reclamó la expulsión del capitán Gastón Hernández por un tacazo que dejó un corte en la cabeza de Russo, pero el árbitro optó por mostrarle solo una amarilla. 

El partido, lejos de fluir, se volvió un constante intercambio de reclamos. Tigre tuvo la chance de liquidar el encuentro a los 22 minutos del complemento, cuando un contraataque liderado por Russo dejó a Chaco Martínez mano a mano con Gill, pero el arquero respondió con una atajada providencial. San Lorenzo, con más corazón que ideas, buscó el empate en los últimos diez minutos, pero el empuje no alcanzó para revertir un resultado que tuvo su origen en aquel fatídico error defensivo.