El DT de Boca menos recordado que dio una copa internacional y enfrentó a River

En la lista de entrenadores que han llevado a Boca Juniors a la gloria internacional, destacan nombres como Carlos Bianchi y el Toto Lorenzo, mientras que en una segunda línea aparecen Miguel Russo y Alfio Basile. Un escalón más abajo, pero aún relevantes en la historia del club, se encuentran Carlos Aimar, Oscar Tabárez, Jorge Habegger, Jorge Benítez y Carlos Ischia.

Entre todos los cuerpos técnicos, la figura que menos remembranza genera es la de Habegger, quien en 1993 consiguió la Copa de Oro Nicolás Leoz. Hoy, a sus 78 años, su voluntad por el fútbol sigue intacta. "De las 18 estrellas internacionales que Boca tiene, una la gané yo", destacó.

Al asumir la dirección del club en mayo de 1993, su nombre era poco conocido entre los aficionados argentinos, y ese anonimato perduró tras su fugaz período. La mayor parte de su trayectoria se desarrolló en países como Bolivia, Ecuador, Colombia, Arabia Saudita y Guatemala.

En Boca, la situación se tornó complicada. Con apodo "El Profesor", se encontró con un plantel dividido en dos facciones: los Halcones y las Palomas. En este contexto, Habegger tomó la drástica decisión de apartar a Blas Armando Giunta, un símbolo querido por la fanaticada, acción que le generó el desprecio de los hinchas.

Bajo su dirección, el equipo se alzó con un título internacional y logró vencer al Barcelona de Johan Cruyff en España, además de imponerse a River Plate en el Apertura del '93, aunque su etapa en el club duró menos de seis meses. “Con el diario del lunes, reconozco que no tenía la espalda suficiente para dejar de contar con Giunta”, admitió Habegger, quien estuvo a cargo del equipo durante 175 días.

Conflicto que selló su salida en Boca

En junio de 1993, Habegger convocó a Giunta tras un entrenamiento para comunicarle que no formaba parte del equipo. El jugador, reconocido por los hinchas, declaró: “Me llamó Habegger y me dijo que no estaba en sus planes. No entiendo nada. Habíamos trabajado bien. Le dije que me quedaba a pelear el puesto, pero él respondió que ya no pertenecía más al plantel. No tengo problemas entrenando con la Reserva, pero ahora soy la oveja negra”.

La situación escaló el miércoles siguiente, cuando un grupo de 30 miembros de la barra brava, liderados por José “el Abuelo” Barrita, se presentó en el entrenamiento para hablar con el DT. Aunque él intentó restarle importancia, los barras le dejaron claro su mensaje: “No nos equivocamos, queremos hablar contigo”. Luego, “el Abuelo” remarcó: “Giunta es de Boca y tiene que jugar”.

Este escándalo dejó a Habegger en una posición insostenible, marcando su breve ciclo. A pesar de haber dirigido al equipo en tan solo cuatro competiciones, se escucharon rumores sobre una posible renuncia. Sin embargo, la directiva liderada por Antonio Alegre, respaldada por Heller, decidió apoyarlo.

A partir de ese momento, circuló en el ambiente que la dirigencia ya tenía en la mira a Giunta. Por su parte, Habegger intentó justificar su decisión a partir de razones futbolísticas, aunque también admitió haber cometido un error: “Con el tiempo entendí que debería haber esperado a tener buenos resultados antes de tomar esa decisión. Lo digo como autocrítica: tendría que haber tenido más respaldo. Giunta tenía una relación mística con la hinchada y representaba el ADN de Boca”.