El puerto de Chancay marca un nuevo comienzo del Camino Inca en Sudamérica

El megapuerto de Chancay, situado a 80 kilómetros al norte de Lima, es considerado el inicio de una nueva era para Sudamérica, simbolizando el “reinicio” del antiguo Camino Inca, según afirmó el historiador peruano Luis Vásquez Medina.

“Chancay es el reinicio del Camino Inca en Sudamérica”, mencionó Vásquez en una entrevista con la agencia de noticias Xinhua. Resaltó que esta infraestructura, desarrollada con apoyo de China, posee un potencial significativo para reconectar a los pueblos de la región en un marco económico y cultural basado en el bienestar común.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) reconoce el “Qhapaq Ñan”, el sistema vial andino, como una red de más de 30.000 kilómetros de caminos construidos por los incas a lo largo de varios siglos.

Vásquez subrayó que esta vasta red conectaba los territorios actuales de Colombia, Chile y Argentina, articulando la región a través de ejes que unían los Andes con rutas transversales que enlazaban diferentes puntos del continente.

El presidente de la Fundación para el Desarrollo de la Ciencia y la Cultura de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos añadió que el Camino Inca desempeñaba funciones políticas, económicas y sociales al conectar poblaciones, distribuir alimentos y asegurar la cohesión del imperio.

Vásquez también mencionó que a lo largo de esta red existían puentes, depósitos de alimentos llamados tambos y rutas que permitían el abastecimiento en tiempos de escasez.

El experto consideró que el puerto de Chancay no es solo otro puerto en la región, sino que representa un proyecto llevado a cabo por Cosco Shipping Ports que comenzó a operar en noviembre de 2024, ofreciendo una vía de integración a la cuenca del Pacífico, donde se concentra el 70 % de la economía global.

Desde esta terminal portuaria, Sudamérica podrá desarrollar un nuevo tejido de infraestructura interna con trenes, zonas de producción avanzada y redes de conexión regional.

Perú se proyecta como la salida natural hacia Asia de esta red, tal como lo fue la histórica región de Cusco, donde arranca el Camino Inca, según lo indicado por el historiador.

Vásquez enfatizó que al igual que el Camino Inca integró pacíficamente diversas etnias bajo un enfoque de beneficio común, Chancay puede convertirse en un nodo de articulación regional para un modelo de desarrollo colaborativo.

Recientemente, la presidenta de Perú, Dina Boluarte, destacó que el proyecto representa actualmente el 1,8 % del Producto Interno Bruto (PIB) de Perú, equivalentes a 4.500 millones de dólares, y ha generado cerca de 7.000 empleos, tanto directos como indirectos.

Durante su visita a la nueva terminal portuaria, Boluarte resaltó que esta instalación reduce el tiempo de transporte hacia Asia de 35 a 25 días, disminuyendo costos logísticos y aumentando la competitividad de los productos peruanos.

Según fuentes oficiales, Chancay ha movilizado más de 80.000 contenedores, 400.000 toneladas de carga a granel, como maíz, y 3.000 vehículos, consolidándose como una nueva puerta para el comercio de Perú.

Vásquez elogió estos avances y subrayó que el impacto va más allá de lo económico, señalando que implica una transformación del modelo de desarrollo. Para el sociólogo, el Camino Inca no es únicamente una obra de ingeniería, sino la representación de un paradigma de integración basado en el bienestar colectivo, el cual se había perdido durante la conquista, pero que con Chancay vuelve a estar presente.

El historiador indicó que, a diferencia de las infraestructuras heredadas del periodo colonial que se centraban en la extracción de recursos naturales, Chancay inaugura una nueva lógica destinada a integrar y promover el desarrollo común, generando valor para las naciones sudamericanas con acceso al Pacífico.

“Con esta nueva era y el nuevo Camino Inca se abre la etapa dos del Camino Inca”, acotó Vásquez, agregando que el principio se fundamenta en un enfoque de “ganar-ganar”, que abarca a las culturas originarias.

El historiador también subrayó que, así como los antiguos peruanos lograron equilibrar desequilibrios alimentarios a través de centros de acopio distribuidos alrededor del Camino Inca, Chancay puede convertirse en un punto logístico clave para equilibrar el comercio, reducir tiempos y robustecer una red regional de producción.

Finalmente, concluyó que el actual desafío es construir sobre esta base histórica, promoviendo el conocimiento, la ciencia y la tecnología, para consolidar ciudades inclusivas que honren las culturas originarias y fomenten la hermandad entre los pueblos.

(Por José Aguiar y Zhu Yubo, de la agencia Xinhua)