San Pablo: intensa, cosmopolita, diversa y descomunal

De Viaje

San Pablo: intensa, cosmopolita, diversa y descomunal

16/06/2019 | 10:42 |

En la ciudad más grande de Sudamérica es imposible aburrirse: con cientos de atractivos, vive las 24 horas y respira cultura y modernidad, con el fútbol como condimento especial. Escuchá.

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Intensa, cosmopolita, diversa y descomunal, Sao Paulo, con sus 12 millones de habitantes, cifra que se extiende a casi 22 millones si tenemos en cuenta su área metropolitana, es la ciudad que no para. La primera metrópoli de América y del hemisferio sur, y tercera del continente, solo por detrás de Nueva York y la ciudad de México, la vibrante urbe recibe cada año a más de 10 millones de visitantes, a quienes conquista con su modernidad y encanto.

Para comenzar el recorrido, la Avenida Paulista resulta un lugar emblemático desde donde partir. Con tres kilómetros de largo, es uno de los principales centros financieros de la ciudad, y el sitio donde se encuentran algunos de sus atractivos más característicos. Durante la semana, la avenida es una de las arterias más transitadas de la ciudad, pero los domingos encontramos allí otra mística, ya que la calle se cierra al tráfico y se convierte en peatonal, dando paso no solamente a un desfile interminable de gente que pasea tranquila como nunca,sino a todo tipo de manifestaciones artísticas. Músicos, gente meditando, profesores de baile, pintores…la Avenida Paulista los recibe a todos, incluso a los que se animan a atravesarla en bici por sus sendas designadas, entre la masa de gente que se mueve a pie.

A unos 15 minutos de distancia, encontramos el popularmente llamado beco do Batman (callejón de Batman), sobre la Rua Gonçalo Afonso, un callejón de la bohemia Vila Madalena convertido en auténtico museo al aire libre en el que exponen algunos de los mejores artistas del grafiti de São Paulo. Conocido así por una gran ilustración del personaje que había en los 80s, que motivó a grafiteros a dejar su marca en sus paredes, es una exhibición emocionante que resulta un deleite para la vista.

Cerca de allí se alza, rotundo e imponente, el edificio Banespa, que en los años 40 fue la mayor construcción de hormigón armado del mundo y, hasta 1956, el edificio más alto fuera de los Estados Unidos, con 150 metros de altura y 36 pisos. Desde su mirador se obtiene una visión de 360 grados que permite distinguir la Serra do Mar, el Pico do Jaraguá, los edificios en la Avenida Paulista y las principales construcciones del centro. En el vestíbulo, introduce a la magnificencia del edificio una gran araña de cristal de 13 metros de altura y 10 mil piezas de cristal.

Para tener una idea de lo masiva que es la ciudad, podemos aprovechar que cuenta con la flota más grande del mundo de helicópteros en funcionamiento y disfrutar de un paseo aéreo, y desde el cielo admirar el alcance de los rascacielos, que se funde con los espacios verdes y las construcciones clásicas para formar un panorama imperdible.

A la hora de comer, la oferta es inagotable: San Pablo tiene 12.500 restaurantes de 52 nacionalidades, etnias y regiones, 15.000 bares, 3.200 panaderías y 6.000 pizzerías. Fruto de la inmigración, la unión de especias, ingredientes y sabores es apta para los paladares más exigentes.

Pero no todo es ajetreo, y también hay una gran cantidad de sitios para dar un respiro y simplemente relajarse. El parque Ibirapuera es considerado el Central Park latinoamericano, y la denominación no se queda corta. Sus 158 hectáreas forestadas y tres lagos artificiales, conectados entre si, son un lugar ideal para caminar entre los senderos o aprovechar las actividades culturales que suelen llevarse a cabo ahí, ya que en medio del verde se erigen importantes centros de arte, como el Museu de Arte Moderna, el Pavilhão da Bienal, el Museu Afro Brasil, el Pavilhão Japonês –con una réplica del Palacio Imperial de Kyoto– y el edificio de la Oca, diseñado por Oscar Niemeyer.

Por supuesto, en nuestro paseo no podía estar ausente un elemento que prácticamente se respira en Sao Paulo, el museo del futbol. En una ciudad que tiene a tres de los equipo más populares del país (Palmeiras, Corinthians y São Paulo) y a Santos a unos pocos kilómetros, este deporte es un tema ineludible. Tanto para fanáticos como para simples aficionados, las fotografías, videos y experiencias sensoriales albergadas en las más de 17 salas son una opción atractiva para vivir una experiencia inversiva, que repasa los acontecimientos más importantes de la historia de este deporte en Brasil, destacando entre ellas la sala de la Exaltación, dedicada a los 27 partidos más importantes, la sala del Rito del Pasaje, que recuerda la derrota del mundial de 1950 y la sala de las Copas del Mundo, con una inmensa colección de trofeos.

Luego de cada visita, la ciudad se reinventa con un interesante surtido de novedades: desde barrios recién nacidos hasta muestras de arte rutilantes; desde complejos arquitectónicos remodelados hasta puestos callejeros con la última moda gastronómica. Sao Paulo se mueve a un ritmo incesante, y está siempre dispuesta a mostrar sus diversas facetas a quienes la visitan.