Brasil o Argentina, ¿quién es candidato?

Palpitando el clásico

Brasil o Argentina, ¿quién es candidato?

01/07/2019 | 18:02 |

El ex futbolista brasileño, que brilló en San Lorenzo en los ''90, palpitó el clásico sudamericano en diálogo con Cadena 3. Dijo que "en algún momento va a dirigir" al "Ciclón".

Diego Borinsky

“Y, ¿cómo salimos? ¿Le ganamos a Brasil?”. La pregunta, en sus diferentes variantes, se repite en la calle y le llega a uno, supuesto entendido, de parte de amigos y conocidos.

Vayamos por partes.

El candidato es Brasil. Y no se trata de utilizar la fórmula berreta de “mufar” al rival, como si por escribirlo en una columna o afirmarlo en un programa de TV el equipo mencionado terminara derrumbándose por fuerzas provenientes del más allá (hay gente que lo cree así).

Tampoco es una cuestión de transferir responsabilidades: está claro que Brasil viene trabajando con un entrenador (Tité) desde hace 3 años y que durante ese lapso encontró funcionamiento y resultados. Sólo le faltó un poco de suerte: su única derrota oficial en este ciclo de más de 40 partidos fue ante Bélgica, durante el Mundial de Rusia, en un desarrollo en el que mereció mejor suerte por la cantidad de situaciones creadas.

El candidato es Brasil por el funcionamiento que adquirió en estos 3 años, justamente un lapso desperdiciado por la Argentina con estilos y planes tan disímiles como los que encarnaron Bauza y Sampaoli, y que ahora, con un entrenador con nula experiencia en la mochila, parece comenzar a dar.

También Brasil es candidato a ganar la semifinal porque cuenta con mayor cantidad de futbolistas de jerarquía ya contrastada. Si bien no tienen un Messi, su paleta de colores ofrece a un Firmino, figura del ganador de la Champions (Liverpool), a un Gabriel Jesús (City), a un Coutinho de regular presente pero que por algo está en el Barcelona y viene de desempeñarse en el Liverpool, a un Casemiro, patrón del mediocampo del Real Madrid con más de 100 presencias con esa camiseta, y a un Arthur, que no en vano ha sido adquirido por el Barcelona y es lo más parecido a Xavi que se ha visto en los últimos años. Las casas de apuestas son un termómetro perfecto para medir quién tiene más chances de ganar el partido en la previa: un triunfo de nuestra Selección paga 5 pesos mientras que el éxito de la verdeamarela paga 1.70. La diferencia es notoria.

Ahora bien, que Brasil sea el favorito, ¿nos cierra definitivamente las puertas de un triunfo? Para nada. Esto es fútbol. Y, además, en un solo partido, todo puede pasar. En un campeonato de 20 selecciones todos contra todos, Brasil terminaría arriba de Argentina en la tabla de posiciones casi con seguridad. En el mano a mano, es diferente.

El factor psicológico del 1-7 ante Alemania en el mismo escenario donde se verán argentinos y brasileños este martes no parece demasiado propicio de aplicar. Ambos seleccionados ya se han medido en el Mineirao después de la hecatombre, el 10 de noviembre de 2016, por Eliminatorias, y el local nos dio una verdadera sandunga: 3-0, y con Messi en cancha (Tité y Bauza eran los entrenadores). No la vimos ni cuadrada.

Sí, en cambio, parece marcar una tendencia la supremacía del Scracht sobre nuestro representativo en cotejos oficiales en la historia, y en especial en el último tiempo. En los mano a mano, después del 1-0 en Italia 90 con el gol de Caniggia y de la victoria por penales del equipo de Basile en los cuartos de final de la Copa América 93 (nuestra última consagración), recibimos 5 cachetazos en los siguientes 5 enfrentamientos: eliminados en cuartos de la Copa América 95 (mano de Tulio y luego penales), en cuartos de la Copa América 99 (1-2 y un penal errado por Ayala al final), en la final de la Copa América 04 (empate agónico de Adriano y caída por penales), en la final de la Copa Confederaciones 05 con baile (1-4) y por último en la final de la Copa América 07, también con baile (0-3).

Por lo demás, en partidos por los puntos, Argentina jugó 10 veces contra Brasil en Brasil y no ganó nunca: acumula 8 derrotas y apenas 2 empates (Copa América 83 y Eliminatorias 2010). Las rachas están para romperse, por supuesto. Pero sin dudas marcan algo.

Respecto a la formación, se está planteando la posibilidad de que Angel Di María reemplaza al Kun Agüero. Sólo Lionel Scaloni y algún colaborador más sabrán si se está evaluando de verdad esa posibilidad de sumar un hombre al mediocampo con más retroceso para tapar la subida de los laterales rivales resignando peso ofensivo, o si sólo es una estrategia para despistar a Tité.

Yendo a lo estrictamente futbolístico, romper la fórmula de ataque que tanto nos costó conseguir y en la que todos parecían coincidir como el argumento más fuerte de este equipo sería una tontería. Messi necesita tener dos opciones de pase por delante; cualquier otra variante sería resignar poderío ofensivo, desaprovechar el potencial de nuestra estrella quitándole soluciones y, a la vez, mandar una señal de debilidad al adversario.

Además, ya ante Venezuela se observó un equilibrio colectivo que había costado alcanzar, ¿para qué romperlo? Con Paredes-De Paul afirmados como una pequeña sociedad que rindió en muy bien nivel en esta Copa, más el trío de arriba, el ida y vuelta incesante de Acuña y la seguridad que irradió Foyth como lateral, sólo necesitaríamos consolidar a los hombres del fondo y que aparezca el genio en su real dimensión (o al menos que se le acerque al que vemos en el Barcelona) para ilusionarnos con un título en la Copa menos pensada.