Bolivia, por la heroica

Las generalizaciones siempre tienen un poco de injusticia y otro tanto de realidad, pero es indisimulable que históricamente a los bolivianos les resultó más beneficioso jugar en la altura. Sirve como prueba recordar que el único título de la selección de Bolivia fue como local en la Copa América de 1963, cuando venció consecutivamente a Brasil y Argentina en La Paz.

El segundo gran logro de la historia de la Verde también se dio en casa: el subcampeonato en la Copa América de 1997, de la mano de la mejor camada de futbolistas bolivianos de todos los tiempos encabezada por “el Diablo” Etcheverry, junto a Carlos Trucco, Julio César Baldivieso, Erwin Sánchez y Ramiro Castillo.

Desde aquella dorada década del 90, hasta la actualidad, Bolivia solo superó la primera ronda en una de sus siete participaciones en la Copa América y terminó entre los tres últimos en las seis Eliminatorias que disputó. Además, apenas ganó un partido de los últimos 15 que jugó y eso impactó en los cambios de técnico: Eduardo Villegas es el tercero en tres años.

Para tratar de acortar las distancias que la separan de los demás seleccionados, la Federación Boliviana programó diversos trabajos en microciclos de entrenamientos y apuesta por un grupo de futbolistas donde se destacan el arquero Lampe, Chumacero (el mejor futbolista boliviano de la actualidad), Luis Haquin, el histórico Moreno Martins y el joven Bejarano.

Bolivia tendrá un debut muy difícil en la Copa América: lo espera Brasil, nada más ni nada menos, el 14 de junio en el Morumbí, después vendrán los partidos en los que buscará la heroica: contra Perú, el 18 en el Maracaná, y ante Venezuela, el 22 en el Mineirao. Dadas las condiciones, históricas y geográficas, para la Verde el gran objetivo es meterse en cuartos.