Belo Horizonte, entre historia, paisajes, fiesta y fútbol

De Viaje

Belo Horizonte, entre historia, paisajes, fiesta y fútbol

09/06/2019 | 10:50 |

La capital de Minas Gerais, rodeada de sitios emblemáticos como Ouro Preto y parques nacionales con enormes cascadas, tiene entre sus calles a cientos de bares y al gigante estadio Mineirão. Mirá.

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En el corazón del estado de Minas Gerais nos encontramos con su capital, Belo Horizonte, que con sus montañas y tierras bajas nos da la bienvenida y deja entrever lo diverso de su historia y cultura. Sus más de 2 millones y medio de habitantes la hacen la sexta ciudad más poblada de Brasil. Se trata de un pueblo sumamente hospitalario, siempre dispuesto a ayudar al turista y con una tonada (o "sotaque", en portugués) muy particular, que quizás puedan identificar los argentinos que decidan viajar allí para la Copa América.

Rodeada por la Sierra del Curral y por inmensas cascadas y montañas, se alza como una fusión armoniosa de tradición y modernidad, con un sinnúmero de lugares y actividades para ofrecer tanto a locales como a turistas.

Un ejemplo perfecto de la belleza mineira está situado en su centro. La Plaza de la Libertad es una síntesis de los estilos que marcan la historia de la urbe, y se encuentra en la región de Savassi, en la unión de cuatro grandes avenidas: Bias Fortes, Brasil, Cristovão Colombo y João Pinheiro. Su vegetación exuberante llama a la vista con las imponentes palmeras, plantadas prolijamente en hileras, que forman una visión imperdible para quien quiera llevarse una postal inolvidable de la ciudad.

Además, a solo pasos, se encuentra uno de los emblemas arquitectónicos de Belo Horizonte: el Edificio Niemeyer que, según el famoso arquitecto que lo pensó, estuvo inspirado por los ondulados paisajes serranos de Minas Gerais. Responsable también de titánicas obras como el edificio de las Naciones Unidas en Nueva York y el Sambódromo de Río de Janeiro, sus líneas curvas marcaron para siempre el curso del diseño moderno.

También en el centro está la Plaza de la Estación, denominada así por su ubicación frente a la antigua estación ferroviaria. Tal localización la convirtió en la puerta de entrada de los materiales usados a principios del siglo XX para la construcción de la capital minera. Célebre por sus estatuas de mármol, su representativo Monumento a la Civilización Minera y sus fuentes, es uno de los principales escenarios de manifestaciones públicas y celebraciones populares.

Más al sur, cerca de la base de la Sierra del Curral, llegamos a la popularmente conocida como la “Plaza del Papa”, la Plaza Israel Pinheiro. A más de 1100 metros de altura, esta privilegiada localización es un imperdible mirador que permite observar la ciudad desde un sitio ideal. Su denominación se debe a la visita del Papa Juan Pablo II en 1980, quien la admiró desde allí. Los distintivos monumentos de la plaza conmemoran este suceso, a partir del cual el lugar se ha convertido en un gran punto de encuentro religioso, cultural y turístico.

Para los amantes de la gastronomía, un espacio ideal no solo para comprar provisiones sino para degustar algunos platos típicos es el Mercado Central, que con sus más de 400 tiendas, surtidas de frutas y verduras, permite apreciar la diversa cultura popular de la zona y la extensa producción local. La presencia de artesanías y antigüedades completa el panorama, entre el caos y el orden. a lo largo de las decenas de pasillos repletos de puestitos de quesos, dulces, panes, postres y más. Cada sector desprende su propio aroma y resulta una tarea muy difícil salir de ahí sin haber probado algo.

En el norte de la ciudad, se encuentra una de las zonas más coquetas: Pampulha. Allí se puede disfrutar de la inmensa laguna homónima, donde los carpinchos caminan a sus anchas entre las personas que realizan actividad física, aprovechando el clima que suele acompañar durante gran parte del año.

A sólo metros de allí, luego de atravesar una gran subida -una característica de la ciudad, con un terreno irregular que se repite en todo el estado- está el estadio Mineirão, conocido como "el Gigante de Pampulha", donde hace de local Cruzeiro y, en ocasiones, Atlético Mineiro, los dos equipos más populares de "Be Agá". Allí fue donde Alemania le marcó el histórico 7-1 a Brasil, en el Mundial 2014.

Al frente del Mineirão está uno de los ingresos a la enorme Universidad Federal de Minas Gerais, que recibe a miles de estudiantes todos los días y funciona como una verdadera ciudad dentro de otra ciudad, con colectivos internos que comunican de una punta a la otra de la casa de estudios.

A Belo Horizonte se la conoce como la “capital mundial de los bares”, al ser la ciudad con más “botecos” por habitante en el país. La oferta es tan grande que nunca faltará un lugar para tomar una cerveza artesanal, acompañada por supuesto de buena música, y algo para picar como los deliciosos panes de queso, o "pão de queijo", una de las comidas características del estado.

Ya fuera de la ciudad, a poco más de una hora de viaje, se encuentra un sitio histórico ineludible es Ouro Preto, un emblema de la colonización portuguesa, de donde se sacaban toneladas de oro para enviar a la metrópoli. El casco histórico de la ciudad, con sus calles empedradas y sus exigentes subidas y bajadas, es uno de los sitios más importantes de todo Brasil.

A 60 kilómetros de Belo Horizonte, en Brumadinho, una ciudad de 38 mil habitantes, podemos visitar el Instituto Inhotim. Este sitio posee una de las más importantes colecciones de arte contemporáneo de Brasil, y es considerado el mayor museo al aire libre del mundo. Cuenta con grandes esculturas, 23 galerías que son en sí pequeños museos, 7 jardines temáticos que albergan más de 30 plantas diferentes. Inhotim es tan grande posee un sistema de transporte interno en pequeños vehículos, parecidos a carritos de golf, para comodidad de los visitantes.