Investigación de la Universidad de Hawái
08/11/2025 | 15:08
Redacción Cadena 3
Un reciente estudio de la Universidad de Hawái en Manoa, publicado el 6 de noviembre en Nature Communications, presentó evidencia directa de que los desechos generados por la minería en alta mar podrían perturbar ecosistemas esenciales en la zona crepuscular del océano Pacífico, específicamente en la Zona Clarion-Clipperton (CCZ). Este área, reconocida por su rica biodiversidad, ha atraído un creciente interés industrial. Los investigadores descubrieron que los sedimentos liberados durante las operaciones mineras podrían dañar la vida marina en la zona crepuscular, un hábitat clave que se encuentra entre los 200 y 1,500 metros de profundidad y que alberga grandes poblaciones de zooplancton, fundamentales para la cadena alimentaria oceánica.
El equipo de investigación determinó que el 53% del zooplancton y el 60% del micronekton, que se alimentan de zooplancton, se verían afectados por la descarga de desechos mineros. Estas alteraciones podrían tener un efecto dominó en la cadena alimentaria, impactando eventualmente a depredadores más grandes como peces, aves marinas y mamíferos marinos.
Nubes turbias y sedimentos de "comida chatarra"
Según Michael Dowd, autor principal del estudio y estudiante de posgrado en Oceanografía en la SOEST, "Cuando los desechos liberados por la actividad minera entran en el océano, crean aguas tan turbias como el río Mississippi lleno de barro. Las partículas presentes diluyen las partículas de alimento natural que normalmente consumen los pequeños zooplancton". Además, el micronekton, que incluye pequeños camarones y peces, se alimenta de zooplancton. La exposición de estos organismos a sedimentos de comida chatarra podría interrumpir toda la red alimentaria.
Evaluando el impacto nutricional de la minería en alta mar
La investigación, titulada "La descarga de minería en alta mar puede interrumpir las redes alimentarias en el medio acuático", examinó los efectos de las nubes de sedimentos liberadas durante una prueba de minería en 2022 en la CCZ. Esta vasta región es objeto de extracción de nódulos polimetálicos que contienen minerales valiosos como cobalto, níquel y cobre, componentes clave para vehículos eléctricos y tecnologías renovables.
Al recolectar y analizar muestras de agua de las profundidades donde se descargaron los desechos, los científicos encontraron que las partículas mineras contenían significativamente menos aminoácidos, un indicador importante de calidad nutricional, en comparación con las partículas naturales que normalmente alimentan a los organismos marinos.
La coautora Erica Goetze, profesora de oceanografía en SOEST, advirtió: "Esto no se trata solo de minar el fondo marino; se trata de reducir el alimento para comunidades enteras en el fondo del océano". Actualmente, alrededor de 1.5 millones de kilómetros cuadrados de la CCZ están licenciados para exploración de minería en alta mar, reflejando la creciente demanda global de minerales utilizados en tecnologías de bajo carbono.
Interrumpiendo un ecosistema basado en la escasez
Durante el proceso de minería, los nódulos se recolectan del fondo marino junto con sedimentos y agua de mar, que luego se bombean a un buque de superficie donde se separan los nódulos del material de desecho. Los sedimentos sobrantes y los fragmentos finos de nódulos se devuelven al océano. Algunas empresas han propuesto liberar estos desechos dentro de la zona crepuscular, pero las consecuencias ambientales de tales prácticas han permanecido en gran medida desconocidas hasta ahora.
Estos hallazgos subrayan una importante brecha regulatoria, ya que actualmente no existen reglas internacionales que regulen dónde o cómo se pueden descargar los desechos mineros.
La zona crepuscular está llena de vida, incluyendo krill, calamares, peces, pulpos y especies delicadas similares a gelatina. Muchos de estos organismos migran hacia la superficie cada noche para alimentarse y luego descienden nuevamente durante el día, transportando carbono al océano profundo en el proceso. Esta migración vertical ayuda a mantener el equilibrio de carbono del planeta y apoya la salud de los ecosistemas marinos en todo el mundo.
El coautor Jeffrey Drazen, ecólogo de aguas profundas y profesor de oceanografía en SOEST, comentó: "Nuestra investigación sugiere que las nubes de minería no solo crean aguas turbias, sino que cambian la calidad de lo que hay disponible para comer, especialmente para los animales que no pueden nadar fácilmente". Agregó que es como verter calorías vacías en un sistema que ha funcionado con una dieta finamente ajustada durante cientos de años.
Implicaciones globales para las redes alimentarias marinas
El estudio plantea preocupaciones de que la minería a gran escala podría desencadenar cambios generalizados y duraderos en los ecosistemas oceánicos si se lleva a cabo sin estrictas salvaguardias. Incluso las pesquerías comerciales podrían verse afectadas; por ejemplo, las poblaciones de atún migran a través de la CCZ, lo que significa que los impactos de la minería podrían extenderse a los mariscos consumidos en todo el mundo.
La coautora Brian Popp, profesor de ciencias de la tierra en SOEST y experto en biogeoquímica de isótopos estables marinos, afirmó: "La minería en alta mar aún no ha comenzado a escala comercial, por lo que esta es nuestra oportunidad de tomar decisiones informadas". Si no comprendemos lo que está en juego en el medio acuático, corremos el riesgo de dañar ecosistemas que apenas comenzamos a estudiar.
Un llamado a la regulación responsable
Los autores esperan que sus resultados guíen las discusiones políticas que actualmente se llevan a cabo en la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos e informen las revisiones ambientales realizadas por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica. Subrayan la importancia de desarrollar reglas internacionales para proteger los ecosistemas marinos desde las aguas superficiales hasta las profundidades del océano.
Antes de que comience la minería comercial en alta mar, es esencial considerar cuidadosamente la profundidad a la que se descargan los desechos mineros, ya que el destino de estas nubes de desechos y su impacto en los ecosistemas oceánicos varía con la profundidad, y una descarga inadecuada podría causar daño a comunidades desde la superficie hasta el fondo marino.
Entre los colaboradores adicionales del estudio se encuentran los estudiantes de posgrado en oceanografía de UH Manoa, Victoria Assad y Alexus Cazares-Nuesser, y la profesora de oceanografía Angelicque White.
¿Qué descubrieron los científicos?
Descubrieron que los desechos de la minería en alta mar pueden afectar la nutrición en la zona crepuscular del océano.
¿Quién realizó el estudio?
El estudio fue realizado por investigadores de la Universidad de Hawái.
¿Cuándo se publicó el estudio?
El estudio fue publicado el 6 de noviembre de 2025.
¿Dónde se llevó a cabo la investigación?
La investigación se llevó a cabo en la Zona Clarion-Clipperton del océano Pacífico.
¿Por qué es importante este estudio?
Es importante porque revela cómo la minería en alta mar podría alterar ecosistemas marinos esenciales.
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